Sigue la maldición en los aparcamientos municipales. Cuando parecía que, al fin, la EMT tenía ya vía libre para culminar el proceso para renovar la tecnología y la maquinaria de los siete parkings públicos –que está completamente obsoleta desde hace años–, ha aparecido el enésimo problema: un nuevo recurso presentado ante el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic que ha paralizado, por segunda vez, el concurso para actualizar el servicio técnico de los aparcamientos. En la primera ocasión, la alegación frenó la licitación durante 14 meses. Ahora está por ver cuánto tiempo afectará el nuevo recurso, que ha sido firmado por la misma empresa que el presentado en enero de 2022: Equinsa. «Esperamos que el tribunal no tarde tanto en esta ocasión, ya que hace meses ya estudió el caso», afirma la presidenta de la compañía, Sonia Orts (PSC).
De hecho, la idea del gobierno municipal es que ahora el tribunal resuelva a principios de 2024 para que las nuevas instalaciones puedan entrar en funcionamiento en el segundo semestre del próximo año, toda vez que el plazo para poner en marcha la futura tecnología «es de seis meses», afirma Orts, quien considera que activación de la nueva maquinaria será un «salto cualitativo». De hecho, el nuevo obstáculo «perjudica tanto a los usuarios como a la propia empresa, ya que debemos ampliar el volumen de personal para gestionar los parkings».
Dos años y medio de proceso
El proceso arrancó a principios de 2021 para adjudicar un contrato que prevé una inversión global de 1,8 millones de euros en la mejora de la tecnología y el posterior mantenimiento durante diez años de unas prestaciones que, a día de hoy, dejan mucho que desear para los usuarios y abonados de los equipamientos Joan XXIII, Avinguda Catalunya, Lluís Companys, Saavedra, Francesc Bastos, Imperial Tarraco y Torroja. Estos espacios suman un global de 2.419 plazas de estacionamiento soterrado y generan más de dos millones de euros de facturación según los últimos datos del año 2022.
El Consistorio adjudicó en diciembre de 2021 a la firma Skidata Ibérica el contrato, que supondría dejar, después de muchos años, la actual maquinaria vieja que causa constantes problemas en las instalaciones. Pese a ello, en enero de 2022 una de las licitadoras del concurso –Equinsa–, que fue excluida del concurso al entenderse que había presentado una oferta «temeraria» –o sea, más de un 25% por debajo del precio de licitación–, presentó un recurso ante el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic. Tras aceptar a trámite la apelación, el ente dependiente de la Generalitat paralizó sine die el proceso hasta que lo desbloqueó el pasado mes de marzo. Ya en agosto de 2022, el consejo de administración de la EMT volvió a adjudicar el contrato a Skidata, pero ahora el nuevo recurso presentado por Equinsa ha vuelto a poner el freno a la operación.
¿De qué se queja la empresa recurrente? Principalmente, sobre la valoración de sus prestaciones técnicas, que el tribunal considera que no cumplía las exigencias mínimas por el importe ofertado, tras el análisis de la propuesta por parte de una ingeniería externa.
Ahora, tras más de dos años y medio de un interminable proceso, la pelota vuelve a estar en el tejado del tribunal, que no tiene ningún plazo para resolver. ¿Qué más puede salir mal? Se aceptan apuestas, pero los parkings municipales tienen un abonado sorpresa: la Ley de Murphy.
