Terrània: miles de visitantes atraídos por la cerámica en Montblanc

El certamen acoge a 40 ceramistas de toda Europa y organiza talleres, exposiciones y demostraciones

30 septiembre 2019 13:00 | Actualizado a 01 octubre 2019 11:12
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La 17ª edición de Terrània, el Festival Internacional de Cerámica, ha atraído a Montblanc a miles de personas durante todo el fin de semana. El certamen ha organizado demostraciones, talleres y exposiciones y ha reunido 37 ceramistas llegados de toda Europa, como Suiza –el país invitado–, Finlandia, Francia o Bélgica. El jefe del área de Turismo de Montblanc, Joaquim Queralt, destaca a modo de balance que la calidad de esta edición ha sido «excelente». «Por suerte el tiempo nos ha acompañado y el número de visitantes ha sido muy elevado. Es una de las mejores ediciones que recordamos», valoró. Entre las novedades de este año han destacado el taller de cerámica a cuatro manos y la creación de un relieve de Sant Jordi.

La antigua iglesia y el claustro de Sant Francesc volvieron a convertirse en encuentro de los ceramistas del festival. Jarrones, cántaros, figuras, vasos, platos, joyas e instrumentos fueron algunas de las piezas que allí se expusieron.

El suizo Peter Fink, con abuelos en Vilafranca, particpaba por primera vez en el certamen y explicaba que su trabajo son piezas muy bien acabadas, con formas sencillas y llenas de color. Él defendía que el futuro del sector implica apostar por la calidad de la cerámica: «Es un poco contradictorio porque compramos en las grandes cadenas, porque es más barato, pero necesitamos el contacto entre los ceramistas y tendremos que ir más a la artesanía y al producto bueno si el clima lo permite», afirmó.

La mayoría de ceramistas, catorce, eran de Catalunya y uno de los veteranos era el reusense Jaume Vilà. Aunque desde hace cuatro años vive en el sur de Francia, no se perdió el certamen. De hecho, ha participado en quince de las diecisiete ediciones. Según explicó, su artesanía está hecha con gres utilitario cocido a 1280º con reducción. «Hay una dureza muy buena y de calidad y los colores no son muy copiados. Antes éramos muchos y la gente ha ido cambiando. Es cerámica más artística, pieza única», detalló Vilà.

Entre las novedades de este año, destacaron el taller a cuatro manos de las ceramistas Mercè López y Rebeca Puértolas, responsables de la empresa Tatets de Fang. Esta actividad, dirigida a pequeños y grandes, consistió en construir un cántaro cerámico utilizando el torno y modelando, y su éxitio fue tal que por ratos hubo cola.

Puértolas afirmó que el taller es «muy atractivo porque es una combinación del torno y actividad de mesa. Les gusta mucho a los asistentes al certamen y además experimentan».

Otras propuestas fueron el taller de sellos precolombinos, la creación por primera vez de instrumentos cerámicos hechos por el argentino Hernán Vargas, así como el relieve de Sant Jordi a cargo de la escultora de Belltall Rebeca Muñoz. Además, también se programó la actividad del juego de sombreros.

En cuanto a las ocho exposiciones organizadas por diversos espacios de la vila de Montblanc, el responsable del festival, Joaquim Queralt, consideró que ha sido todo un acierto. «Las exposiciones están gustando muchísimo y hacen que el visitante se mueva por el núcleo histórico y pasee por la ciudad y esto ha ido muy bien», dijo.

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