Un hombre se queda a vivir siete años en el trastero de su antiguo edificio en Tarragona

Los vecinos de un bloque de pisos de Sant Pere i Sant Pau dicen estar soportando desde hace siete años una situación que no ha hecho más que empeorar con el tiempo.

Todo comenzó, señalan, cuando un vecino «de toda la vida» que vivía en el edificio desde los años 90 se separó de su pareja y debió dejar el que hasta entonces era el domicilio familiar.

Las primeras sospechas llegaron cuando los vecinos comenzaban a encontrarle con frecuencia subiendo al trastero. «Nos decía que iba a buscar papeles», señala una vecina.

Con el tiempo quedó claro que el hombre se había quedado a vivir en el sitio que no está habilitado para vivir y donde no hay agua corriente. Al principio llevaba agua en garrafas y se duchaba y hacía sus necesidades en la terraza, con lo que los vecinos tuvieron que dejar de usarla.

Los vecinos entonces cambiaron la cerradura de acceso a la terraza. El hombre dejó de ducharse y comenzó a hacer sus necesidades dentro del trastero, donde además fumaba y acumulaba papeles que encontraba por la calle.

Desde entonces la zona de trasteros quedó inutilizada por las condiciones higiénicas en que se encontraba. Comenzaron también a sucederse las llamadas a Mossos, Guàrdia Urbana y SEM siempre con idénticas consecuencias: el hombre regresaba al cabo de pocos días u horas. Ha llegado a estar ingresado pero pide el alta voluntaria.

Los vecinos insisten en que en el transcurso de estos años la salud física y mental del hombre ha ido empeorando al punto que ahora mismo es muy precaria. Tiene una tos persistente, hace deposiciones con sangre y da señales de estar muy desorientado.

Además la situación empeoró en los últimos tiempos porque el hombre comenzó a andar desnudo y a hacer sus necesidades por todas las áreas comunes. Aunque siempre ha actuado de manera pacífica, hay vecinos mayores que no se atrevían a salir de casa sin compañía.

Hace unos días, aprovechando que la Guàrdia Urbana lo había desalojado por enésima vez, los vecinos cambiaron la llave de entrada al portal. Desde entonces el hombre deambula por el barrio, muchas veces desnudo, pero vuelve a dormir al portal donde entra si se da la oportunidad.

Otro vecino resume la situación en una carta enviada a Serveis Socials: «necesitamos protección, tanto la comunidad como el señor..., que no puede vivir en unas condiciones tan deplorables y con un problema de salud tan evidente. Hay una vulneración muy grave de derechos humanos de una persona enferma y un problema de convivencia y salud pública, que no es nuevo para nadie. Hace tiempo que se está comunicando y denunciando esta situación, pero desgraciadamente ha llegado un momento que es urgente y necesaria una intervención de urgencia para evitar riesgos mayores».

Consultados al respecto, desde los Serveis Socials municipales explican que en vista de que el hombre no admite ayuda alguna se envió un informe a Fiscalía para pedir su inhabilitación para poder darle la asistencia que necesita y trasladarlo donde corresponda.