Un pregón que logra subirnos la autoestima

El ginecólogo y casteller Jordi Sentís ha sido el encargado de presentar el pregón de Setmana Santa, envuelto en un escenario inmejorable: el Circ Romà

28 marzo 2021 18:10 | Actualizado a 28 marzo 2021 18:32
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Tradicionalmente, el Domingo de Ramos da el pistoletazo de salida a los días fuertes de la Setmana Santa tarraconense. La jornada de este domingo ha estado marcada por dos actos centrales: el pregón y la bendición de las palmas. La celebración de ambos acontecimientos no ha tenido nada que ver a lo que estábamos acostumbrados antes de la llegada de la Covid-19. Ni una calle de Les Coques llena a rebosar, ni un salón de plenos emocionado. Pese a ello, los actos se han celebrado. Eso sí, en formato reducido.

El encargado de presentar el pregón de la Setmana Santa ha sido el reconocido ginecólogo Jordi Sentís Masllorenç. El solemne acto ha tenido lugar en el Circ Romà. Su discurso ha logrado subir la autoestima de todo tarraconense que lo escuchara. «Igual nos ponemos una vesta, como tocamos la gralla por Santa Tecla, como nos ponemos la camisa de una colla castellera», ha dicho Sentís, quien añade que el reconocimiento mundial que ha conseguido nuestra Setmana Santa es gracias a «toda esa gente que se ha implicado durante tantos años, y a las congregaciones que se han esforzado para mejorar año tras año el programa de actos».

También ha habido momento para la crítica constructiva. Sentís admitió que «este orgullo tarraconense» es necesario canalizarlo en otros aspectos de la ciudad. Se refería a que la ciudadanía debe empujar a las instituciones a desbloquear algunos temas, como la Tabacalera o el preventorio de La Savinosa.

Sentís ha empezado su discurso agradeciendo el esfuerzo de todos los sanitarios que han estado a primera línea de fuego, y también ha tenido un recuerdo para todas aquellas víctimas que ha dejado la Covid-19 y que, algunas de ellas, han tocado de cerca al colectivo de la Setmana Santa.

El reconocido ginecólogo y casteller de la Colla Jove de Tarragona ha puesto de manifiesto algunos de sus recuerdos, destacando el del año 1983, cuando Sentís y su hermano acompañaron a su padre a llevar la bandera de los aspirantes de La Sang. El protagonista ha puesto la piel de gallina a los presentes cuando recordó aquel silencio tan característico del Viernes Santo por las calles de la Part Alta, solo interrumpido por el sonido de los tambores.

«Llegará el día que volveremos a mirar el cielo antes de cada procesión, porque solo la lluvia que a menudo aparece en estas fechas podrá evitar salir a la calle». Así, con la emoción a flor de piel, ha puesto Sentís el punto final al pregón.

«No podíamos faltar»

El Domingo de Ramos es sinónimo de bendecir la palma. Y las tradiciones no se pueden romper. Este domingo la Catedral ha abierto sus puertas para recibir a una veintena de niños. Entre ellos estaba Idun Tecla, acompañada de sus padres, Miquel Àngel y Marta. Esta pequeña de tres años presumía de palma. «No nos lo podíamos perder. Es un tradición que siempre hemos seguido. Incluso el año pasado, cuando estábamos confinados, un amigo que es cura bendijo la palma de mi hija desde el balcón», explica Miquel Àngel. No ha habido colas y la organización fue impecable. Al interior de la Catedral se respetaba la distancia de seguridad y todo el mundo iba con la mascarilla puesta. Lo mismo ocurría en otras iglesias de la ciudad, que también abrieron sus puertas para dar la bienvenida a la Setmana Santa. En circunstancias normales, y antes de la llegada de la pandemia, la tradición marcaba que el arzobispo bendecía las palmas y palmones desde la calle de Les Coques, que se llenaba de tarraconeses. Este año, el acto se ha celebrado en pequeño formato, pero la dosis de emoción ha sido la misma.

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