El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, confía en que el proyecto del tranvía permita impulsar la transformación de la Rambla del Mar, uno de los anuncios estrella de la formación socialista en las elecciones municipales del pasado 23 de mayo. «El compromiso es que por donde pase el tranvía también se urbanice», afirmaba el máximo responsable municipal.
Viñuales pone esta reivindicación encima de la mesa, después que en una reunión reciente mantenida con la presidenta de Adif, le concretaron el coste de los terrenos para ensanchar la calle del Mar, a costa de reducir el espacio que actualmente ocupan las vías del tren. Esta primera cifra se sitúa alrededor de los cinco millones de euros, una cantidad que el máximo responsable municipal considera que «no es razonable».
La propuesta que hace el Ayuntamiento de Tarragona pasa por el retranqueo en 4,6 metros del espacio que ocupa el administrador público de infraestructuras, de forma que se liberarían cerca de 20.000 metros cuadrados de espacio ferroviario. Esta parte no está ocupada por el cinturón de acero que discurre por el frente marítimo, sino que hay un muro, detrás del cual aparcan los coches, y se utiliza para el acopio de materiales y desechos varios, de forma que puede encontrarse desde montañas de balasto a traviesas.
«Aunque no hay vías, nos dicen que por debajo pasan los servicios, lo que implicaría un elevado coste», explica el edil socialista, quien asegura que a nivel municipal no puede abordarse esta cantidad. «Es un despilfarro que no puedo imputar a la ciudadanía», dice.
Pese a este primero varapalo, el gobierno municipal no desiste y ahora busca la complicidad de la administración catalana para que se incluya en las obras del tranvía. «Es una de las exigencias que hicimos para que este pase por la calle del Mar», concreta el alcalde. Ahora, este es uno de los aspectos con los que se está trabajando en las conversaciones con el Departament de Territori de la Generalitat de Catalunya, con quien se están perfilando los detalles para la penetración urbana de este trazado, que enlazará las ciudades de Tarragona y Reus, a través de Vila-seca y La Canonja.
Hasta la estación de trenes
La llegada del tranvía a Tarragona será por los barrios de Ponent, con un doble trazado, uno que discurrirá de forma paralela a la N-340 y el otro que se adentrará por Bonavista, hacia Campclar, Torreforta y Riu Clar, antes de volver a conectar con el ramal principal. Ya en la Avinguda de Roma, a la altura de la Avinguda Vidal i Barraquer, habrá una nueva bifurcación, hacia el Serrallo, la calle del Mar y la estación de ferrocarriles.
La semana pasada el Port de Tarragona daba a conocer unas imágenes en las que podía verse la propuesta que hace este organismo, para la reforma y mejora integral de la Plaça dels Carros, en las que ya podía verse el tranvía saliendo desde la calle del Mar.
El proyecto de urbanización de este eje es la gran apuesta del ejecutivo local para mejorar urbanísticamente el espacio público de la Part Baixa, generando un dinamismo y una actividad económica y social que permita revertir la situación de decadencia y degradación de esta parte de la ciudad.
La reducción del espacio de vías es una asignatura pendiente, teniendo en cuenta que cada vez está más lejos cualquier posibilidad de que pueda ‘eliminarse’ la cicatriz que representa este cinturón ferroviario que resigue el frente litoral.
En su momento, la ciudad de Tarragona hizo una propuesta para reducir el número de vías, eliminando aquellas que no se utilizan, teniendo en cuenta que este espacio también se utiliza para hacer las composiciones y maniobras de los convoyes de mercancías que van a la estación de Classificació. No obstante, el gestor de infraestructuras Adif siempre ha hecho oídos sordos y no ha podido concretarse un acuerdo para adecentar todo este entorno.
