Cerveza artesana vs. Cerveza comercial

13 diciembre 2018 15:34 | Actualizado a 13 diciembre 2018 15:54
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Cerveza artesana y cerveza industrial, cerveza artesana y cerveza comercial, microcerveceras y grandes grupos… Sabemos que existe una dicotomía en el sector cervecero. Sin embargo, no siempre tenemos claro dónde están los límites en esta escala de grises. De lo que sí estamos seguros es de que hay diferencias, y vamos a verlas.

Empecemos por el volumen de producción de la cerveza artesana, que es inferior respecto al de las cervezas con vocación exclusivamente comercial. Elaborar tiradas más cortas permite lanzar mayor variedad de lotes. A su vez, esta práctica contribuye a que la cerveza en venta sea más reciente, pues la acumulación de stock también es menor.

La cerveza artesana, por lo general, tiende a una sofisticación que no observamos en las cervezas de gran consumo. En la cerveza artesana encontramos mayor cantidad de lúpulo y de malta que en la típica caña de bar. La cerveza artesana no solo tiende a utilizar mejores materias primas con el propósito de destacar, sino que de la combinación de distintas variedades de lúpulo y malta obtenemos un producto con posibilidades casi infinitas.

Asimismo, la innovación en el sector cervecero parte de la cerveza artesana la mayoría de las veces; entre otros motivos porque es más sencillo realizar experimentos con lotes pequeños. Las cervezas picantes, con fruta, con especias... Estas y otras variedades las encontramos en la cerveza artesana. Más allá de los ingredientes básicos, las microcerveceras experimentan con nuevos elementos para alejarse de la típica cerveza aburrida. Además, la innovación también está en los procesos; como ejemplo el “dry hopping”, que consiste en la adición de lúpulo fresco tras la fermentación.

Mientras que las cervezas de producción voluminosa emplean arroz, maíz y sorgo como sustitutos de la malta de cebada para ahorrar costes, esta práctica no es habitual en la cerveza artesana. Si bien arroz, maíz y sorgo son cereales baratos en comparación con la malta de cebada, su contribución al producto final se limita a la generación de alcohol. Es decir, la cerveza resultante es menos sabrosa. En cambio, la cerveza artesana tiende a perseguir lo contrario, y cuando emplea cereales distintos de la malta de cebada utiliza trigo, avena y centeno; que otorgan sabores, aromas y texturas únicos al líquido.

La cerveza artesana, en contraposición a la extendida Lager internacional, ofrece un abanico de nuevos aromas y sabores. Encontramos decenas de estilos de cerveza con características sugerentes. Descubrimos cervezas donde podemos apreciar el lúpulo a través de todos sus matices o tan ácidas que nos recuerdan a la sidra española

Mientras que las grandes cerveceras se dedican a inyectar gas a la cerveza, en la cerveza artesana es la fermentación la que aporta el gas. Al embotellar la cerveza, los productores añaden azúcar para lo que se denomina segunda fermentación. Así, cada botella produce su propio gas gracias a la acción de la levadura, de ahí los sedimentos en la botella.

Por lo general, la cerveza artesana no se somete a una filtración exhaustiva. Por lo que muchas veces nos encontremos con cervezas turbias o veladas. Esquivar este proceso permite conservar sus propiedades organolépticas en mayor medida.

Estas son las principales diferencias entre la cerveza artesana y las empresas cuyo único propósito es producir cerveza barata. Te animamos a que las compruebes la próxima vez que bebas una cerveza, y puedas elegir qué prefieres desde una posición consciente.

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