La declaración hoy del hombre acusado de haber atropellado en 2016 en Vilabella a dos ciclistas –una de ellas murió y su pareja resultó gravemente herida– aportó ayer su versión durante el juicio que se sigue en el Juzgado de lo Penal 4 de Tarragona.
No cambió la versión dada desde un principio. Aseguró que se desvió de su trayectoria porque se cruzó un animal negro, una versión que no fue corroborada por los Mossos.
Hoy solo contestó a las preguntas de su abogado y aseguró que, a pesar de tener solo el carnet de conducir colombiano, podía ponerse al volante en España.
Ello entra en contradicción con la sentencia de conformidad dictada el 18 de enero de 2018 por un Juzgado de El Vendrell, cuando se conformó con una pena de multa de 960 euros. Con el acuerdo al que llegó con el fiscal reconocía que no tenía carnet –se lo sacó en agosto de 2020 después de más de diez intentos–.
El trágico accidente ocurrió sobre la una y cuarto de la tarde del 12 de diciembre de 2016 cuando las dos ciclistas –que eran pareja y vivían juntas– volvían de Santes Creus a su casa de Tarragona. Al llegar a la altura del kilómetro 19, en el término municipal de Vilabella, en sentido contrario, circulaba el acusado al volante de un turismo.
Aseguró, al contrario que lo manifestado por la ciclista superviviente, que iba como máximo a 80 km/h –el tramo está limitado a 90–. «Vi que atravesaba un animal negro, giré el volante a la izquierda, después a la derecha» e impactó contra los ciclistas.
«No sé porqué viró el coche, quizás fue por una desaceleración», manifestó. «Yo en todo momento vi a las ciclistas. Iban en línea».
Sobre su fuga del lugar de los hechos, declaró que «entré en estado de shock. Era una situación nueva para mí. En este momento tenía miedo de la situación». Fue detenido en Vilabella, precisamente por el mismo sargento que detuvo a un conductor que el pasado sábado atropelló a dos ciclistas en Montferri
A preguntas de su letrado, dijo que sí tenía licencia de Colombia, por lo que podía conducir vehículos de cuatro ruedas y moto.
Durante la sesión de ayer del juicio, declaró un testigo que paró a auxiliar a las ciclistas, aunque él no vio la colisión. Iba con un amigo y ambos se repartieron entre las dos víctimas.
Aseguró que la mujer que falleció, Marta, estaba todavía viva: «Me intentó hablar. Después apareció un chico, que dijo ser del Samur de Madrid, y comenzó con la reanimación».
Y volvió a asegurar, a preguntas de la acusación, que está seguro que al principio «sí respiraba». Este testigo declaró que encontró la matrícula del vehículo responsable, unos datos que dos horas después permitieron detener al responsable del accidente, el hoy procesado.
«Di por sentado que tenía carnet»
También subió al estrado la propietaria del vehículo y pareja en aquellos momentos del acusado. «Me dijo que iba a lavar el coche a Vilafortuny», donde vivían.
Añadió que el encausado puntualmente le cogía el coche, «di por hecho que tenía carnet». Sobre la explicación que le dio posteriormente al accidente, tras salir en libertad, dijo que «i a ver a un amigo en la zona, que le salió un animal y perdió el control».
se lo dejó al acusado «porque me dijo que iba a lavarlo a Vilafortuny»
Otra testigo que declaró ayer también manifestó que las dos ciclistas eran pareja y vivían juntas, al igual que habían dicho las personas que declararon el día anterior.
También fue el turno a las dos médico forenses. Una de ellas efectuó la autopsia a la víctima mortal, que falleció por «hemorragias internas». Aseguró que era difícil determinar si fue una muerte inmediata o si tardó unos cuantos segundos o un minuto. Lo que tiene claro es que las heridas eran mortales de necesidad, con unos traumatismos muy importantes.
Uno de los momentos más duros de la vista oral de ayer fue escuchar el audio de las llamadas al 112 para alertar del accidente.
Expresiones como «no tardéis, por favor», «una –Marta– está muy grave», «no está consciente» o «no tardéis porque no sé si llegaréis» a tiempo fueron algunas de las frases escuchadas, realizadas tanto por la propia Lidia –la mujer que resultó herida grave– como por otros testigos.
Las penas
Las acusaciones han elevado hoy a definitivas las penas solicitadas inicialmente. La fiscal solicita cuatro años de prisión por el delito de homicidio por imprudencia grave y lesiones por imprudencia grave. Y cuatro más por un delito de omisión del deber de socorro.
Mientras, el abogado de la familia de la fallecida, Isaac González, pide cinco años por el primer delito y cuatro por el segundo.
Mientras, Javier Ignacio Prieto, el letrado de Lidia –la mujer que resultó herida–, solicita la misma pena que el fiscal. Pero las dos acusaciones particulares añaden medio año de cárcel más por conducir sin tener el carnet.
Finalmente, el abogado defensor, Ramon Martínez, solicita la absolución.