El culto al cuerpo no descansa en el embarazo: Barrigas ¿perfectas?

Instagram está lleno de modelos y entrenadoras embarazadas, esbeltas y tonificadas. Médicos y psicólogos hablan de los efectos de la dieta y el entrenamiento extremos en esta etapa

19 mayo 2017 17:25 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:44
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Las revistas de moda se refieren a ellas como las ‘fit moms’, entrenadoras de fitness que han dado por documentar en las redes sociales unos embarazos en los que los abdominales se mantienen llamativamente tonificados y no se percibe ni un gramo de más en el resto del cuerpo. El relato gráfico suele terminar, cómo no, con la mujer volviendo a una figura perfecta en cuestión de pocas semanas.

A la tendencia que triunfa en Instagram se han sumado también numerosas modelos en una carrera por ver quién tiene la recuperación más asombrosa.

Los excesos de unas y otras se han hecho virales en las redes sociales, pero hace unos días Chontel Duncan, una ‘fit mom’ australiana y exaspirante a Miss Universo, ponía la guinda a la polémica. La entrenadora reconocía en un comentario en Instagram que sus hipertonificados abdominales le podrían haber causado problemas durante el parto porque aprisionaban al bebé. Al final debieron practicarle una cesárea.

Y lo bautizaron ‘pregorexia’

Pero la obsesión por no aumentar de peso no es cosa exclusiva de mujeres que viven de su imagen. Por estos días algunos medios han hablado con insistencia de la ‘pregorexia’, la anorexia durante el embarazo.

Cristina Carretero, responsable de promoción de la salud de la fundación ABB, especializada en el tratamiento de trastornos alimentarios, aclara que este término, como tantos otros, es más cuestión de medios de comunicación y no se encuentra, de hecho, en el manual de clasificación de psiquiatría.

Lo que sí es cierto es que el embarazo constituye un momento crítico para algunas mujeres con trastornos alimentarios sin tratar. «Lo habitual es que estos trastornos debuten en la adolescencia», apunta, pero también es posible que, si no se diagnostican y se tratan, pueden acompañar a la persona hasta la adultez y aparecer en el embarazo o el posparto. «Por eso es tan importante tratar de intervenir en la adolescencia y no pensar que el problema y el sufrimiento que hay detrás remitirán solos».

Lo que es saludable

Marta Jané, ginecóloga del servicio de ginecología y obstetricia del Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona, explica que las restricciones severas en el consumo de calorías y el ejercicio intenso pueden provocar problemas en el crecimiento del feto, cardiopatías y partos prematuros, entre otros problemas.

Recuerda que hay unas recomendaciones de aumento de peso durante el embarazo y, aunque dependen de cada mujer, en general se aconseja un aumento de entre 9 y 14 kilos para las embarazadas que se encuentran en un peso normal e incluso hasta 17 en mujeres muy delgadas. En el caso de las mujeres obesas 7 kilogramos podrían ser suficientes. En general se considera que una embarazada promedio debería consumir entre 2.200 y 2.900 calorías diarias.

En lo que se refiere al ejercicio físico, la recomendación es continuar practicándolo si ya se hacía, pero con atención a ciertos parámetros; el latido cardíaco, por ejemplo, no debería superar los 140 latidos por minuto porque se corre el riesgo de que no llegue suficiente oxígeno al feto.

La recomendación implica, además, evitar las actividades de impacto y las que implican riesgo de caídas.

La ginecóloga no sabe hasta qué punto, como relataba Chontel Duncan, unos abdominales tonificados pueden provocar una cesárea y tampoco recuerda que por el servicio hayan pasado embarazadas adictas al fitness como las de estos extremos.

Lo que sí es una realidad, reconoce, son las embarazadas con trastornos por anorexia diagnosticados. En estos casos el hospital hace un seguimiento muy exhaustivo con un equipo formado por obstetra, psiquiatra y nutricionista.

Cuando se sabe que hay un trastorno de este tipo, apunta, lo recomendable es tratar de informarles antes del embarazo para que tengan en cuenta los cambios fisiológicos que va a experimentar su cuerpo en la gestación.

Lo que desde luego no resulta de ayuda es la presión social. «La presión ya no la sienten sólo las chicas de 13 años, sino también las mujeres adultas. Parece que debemos estar esbeltas y jóvenes eternamente», remarca Cristina Carretero. En fin, que esa especie de ‘tregua estética’ de la que se disfrutaban las mujeres durante el embarazo podría estar llegando a su fin.

Para saber más: Recomendaciones para ejercitarse con seguridad durante el embarazo

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