Una, dos o tres veces a la semana, al mes... ¿Cuántas veces hay que tener sexo para que los beneficios repercutan en nuestra salud? ¿Es más importante la cantidad o la calidad? ¿Mejor por la mañana o por la noche, o cualquier hora es buena? Es difícil determinar la pauta del sexo perfecto para la salud, pero es indiscutible que tener sexo habitualmente tiene múltiples beneficios. Es un potente remedio contra el estrés. Según la psicóloga sanitaria, sexóloga y psicoterapeuta, Sònia Navarro, «el sexo nos ayuda a entrar en un estado de relajación muy grande. De hecho después es muy habitual quedarse dormido». Mejora la autoestima. Sentirse deseado y fantasear con la pareja contribuye a estimular la confianza y la intimidad en la pareja. «El sexo es el 50% de la pareja, la chispa siempre es importante», afirma la experta.
El sexo debería estar ‘prescrito’ en aquellas personas con problemas de hipertensión. «Ayuda a disminuir la presión arterial porque se activa la circulación sanguínea», detalla la sexóloga, quien añade que «el sistema inmunológico también se refuerza, por lo que tenemos menos malestar general». En el caso de las mujeres que han sido madres, las relaciones sexuales ayudan a fortalecer el suelo pélvico. En el caso de los hombres practicar sexo habitualmente protege la próstata.
También mejora nuestro aspecto exterior. Es un ‘potente’ rejuvenecedor de la piel, porque aumenta la secreción de agua y por lo tanto la hidratación de la piel. Los beneficios son los mismos si se opta por la masturbación. De hecho Sònia Navarro asegura que «las personas más activas sexualmente son las que no tienen pareja y se masturban, además se siente más satisfechas a nivel sexual porque se conocen mejor».
Pero, ¿cuántas veces?
No existe una cifra ‘normal’, ni en exceso ni en defecto de encuentros sexuales. «Hay gente más y menos activa, lo importante es que la pareja se acople y encuentre el equilibrio», detalla la sexóloga. Hay que desbancar el mito de que las personas que tienen más ganas son viciosas y las que tienen menos son frígidas.
El problema surge cuando alguien es adicto. Sònia Navarro asegura que «no depende de la frecuencia sino de cómo el sexo interfiere en tu vida. Una persona que tiene sexo a diario no tiene por qué ser adicta, lo será si está obsesionada, o si el sexo interfiere por ejemplo en las horas de sueño y perjudica la salud».
El lado bueno del sexo
1. Disminuye el estrés. El sexo baja los niveles del estrés y la ansiedad gracias a que disminuye la segregación de cortisol, conocida como la hormona del estrés.
2. Corazón. La salud cardiovascular se beneficia porque ayuda a disminuir la presión arterial, activa la circulación sanguínea, etc.
3. Mantener la silueta. Se calcula que en 10 minutos de sexo se consumen unas 50 calorías, mientras que en 20 minutos, unas 200.
4. Protege frente a enfermedades. Algunos estudios manifiestan la relación entre las relaciones sexuales y la protección frente a ciertos cánceres, como el de mama o el de próstata.
5. Sistema inmunitario. Estamos mejor preparados para evitar enfermedades como resfriados.
6. Alivia el dolor y la migraña. Beneficia especialmente a las migrañas de tipo vascular y puede funcionar como analgésico.
7. La piel. Ayuda a hidratar la piel, lo que mejora nuestro aspecto y también contribuye al rejuvenecimiento.
8. Favorece el sueño. Las hormonas como la oxitocina y la melatonina se liberan durante las relaciones sexuales, lo que contribuye a dormir mejor.
9. Favorece la autoestima. Sentirse deseado eleva la autopercepción que uno tiene de sí mismo.
10. Favorece la fertilidad. En el caso de las mujeres ayuda a regular los ciclos menstruales, y en el caso de los hombres mejora la capacidad de fecundación.