El accidente de tráfico registrado este domingo por la tarde-noche en el kilómetro 107 de la C-12 a la altura de Llardecans (provincia de Lleida), un municipio fronterizo con la provincia de Tarragona, ha sido el único con víctimas mortales durante el fin de semana en Catalunya.
El conductor, Eduardo V.F., de de 39 años, era natural de Alicante y vivió un tiempo en La Pineda (Vila-seca). Allí estuvo empadronado desde hace 12 años, según ha podido conocer este rotativo. Luego, posiblemente por motivos laborales, cambió de residencia y actualmente vivía en Lleida.
Aunque la autopsia terminará de dictaminar los motivos de su muerte (fue evacuado todavía con vida hasta el Hospital Arnau de Vilanova), algunas fuentes apuntan a la exanguinación (pérdida de sangre) la causa de su muerte poco después de sufrir el accidente.
No obstante, se desconoce si el impacto frontal en el accidente de tráfico pudo afectar a órganos de su cuerpo, si bien logró bajar del coche por su propio pie. Por ello, la autopsia dictaminará la causa final de su muerte.
Además del fallecimiento del agente de policía vecino de Alpicat (Segrià)y del conductor de la furgoneta de asistencia, vecino de Lleida y que estuvo empadronado en Vila-seca, también murió en el acto la pasajera posterior del vehículo conducido por el mosso d'esquadra. María Isabel R.H, de 64 años y vecina de Golmés (Pla d'Urgell) fue la tercera víctima de la tragedia.
Su hermana, 10 años más joven fue evacuada con vida, pero en estado muy grave al hospital Arnau de Vilanova de Lleida. Es la única superviviente del accidente más grave registrado en las carreteras catalanas durante el fin de semana. Las últimas informaciones hablan de que evoluciona favorablemente de las lesiones sufridas, principalmente en la zona del tórax.