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El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, comenzó ayer a beneficiarse del artículo 100.2 del reglamento penitenciario, que le permite ir a trabajar y realizar labores de voluntariado durante el día, de lunes a viernes, y regresar a la cárcel a dormir. Suya fue la primera imagen saliendo de prisión, oculto detrás de un coche y haciendo la señal de victoria, hace un mes, y suya fue la primera secuencia entrando a trabajar, en su empresa, donde fue recibido por sus empleados con aplausos y abrazos.
Jordi Cuixart es propietario de una empresa especializada en el diseño y producción de maquinaria industrial para envasados. «Han sido dos años y tres meses, y sabéis que vuelvo esta noche a la cárcel, pero seguiremos luchando para sacar adelante la empresa y trabajando por la libertad y la amnistía», dijo en un breve discurso ante sus trabajadores. «La lucha continúa», escribió en Twitter.
Cuixart cumple una condena de nueve años de prisión por un delito de sedición. Lleva en prisión desde el 16 de octubre de 2017. Es el primer preso del Procés que ha empezado a beneficiarse del 100.2, un régimen de semilibertad, a caballo entre el segundo y el tercer grado, al que se acogerán los nueve presos.
El 100.2 es independiente de los permisos de 48 horas o tres días solicitados por los presos. Por estar en segundo grado, los presos tienen derecho a 36 días de libertad al año.
Igual que Jordi Cuixart, Jordi Sànchez y Carme Forcadell ya tienen la autorización de su centro penitenciario para poder salir a trabajar o hacer labores de voluntariado. El exdiputado de JxCat puede salir 11 horas al día tres días a la semana, mientras que la expresidenta del Parlament podrá salir tres días a la semana, durante nueve horas, entre tras cosas para cuidar a su madre.
Los exconsellers Quim Forn y Dolors Bassa recibieron ayer el visto bueno de los penales de Lledoners y Puig de les Basses para poder salir de prisión. Para ir a trabajar, en el caso del exconseller de Interior, y para cuidar a un familiar, en lo que respecta a la exconsellera. Forn fue condenado a diez años de prisión y podrá abandonar el penal doce horas al día de lunes a viernes. Bassa cumple doce años y podrá salir tres días, durante ocho horas.
Son cinco los presos del Procés que ya pueden beneficiarse de un régimen de semilibertad. En las próximas semanas y meses podrían ser los nueve, según la previsión de la consellera de Justícia Ester Capella, quien anunció ayer además que dentro de seis meses se revisará el segundo grado penitenciario de los reos, que podría convertirse en tercer grado, que es el que permite un régimen de semilibertad, pues permite acudir a prisión solo a dormir de lunes a viernes. «Es una manera de cumplir la sentencia», se está haciendo «lo que la ley dice», afirmó ayer la consellera Esther Capella.
