Puigdemont lanza un ‘partido’ para aglutinar al secesionismo

El PDeCAT abre la puerta a sumarse a la plataforma, mientras Esquerra rechaza incorporarse a la propuesta, al considerar que es una reconstrucción del centro-derecha catalanista

17 julio 2018 09:45 | Actualizado a 17 julio 2018 09:50
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Carles Puigdemont, Quim Torra y Jordi Sànchez presentaron ayer el movimiento ‘Crida Nacional per a la República’, una «herramienta» y «organización de acción política», que pueda participar en todas las elecciones y que reúna a todos los que comparten el objetivo de la secesión.

Aspira a ser una especie de Scotish National Party a la catalana, inspirado en el En Marcha de Macron, que busca ampliar el perímetro independentista. «Todo el mundo es bienvenido», afirmó Puigdemont por videoconferencia en el acto celebrado en el Ateneo de Barcelona.

Torra no pudo acudir porque su vuelo procedente de Alemania se canceló. Pero habló a través de un mensaje de voz. «La república tiene muchos acentos», es «plural» y «transversal», señaló el expresidente, que insistió en que la iniciativa se dirige a soberanistas de derechas y de izquierdas, a los CDR, a la ANC y todo el universo que ahora representa JxCat. A la conferencia asistió la plana mayor de Junts per Catalunya y del PDeCAT y también acudió algún representante de ERC. No así de la CUP.

Puigdemont llama a la unidad para superar iniciativas «caducas» como el PDeCAT para insistir en el desafío y prolongar el proceso indefinidamente. Las personas o grupos que se adhieran a la plataforma podrán definir si acaba transformándose en un partido o coalición. Será en otoño en una convención constituyente. El movimiento se disolverá en cuanto se instaure la República.
Generosidad

El expresident de la Generalitat reclamó «generosidad» para unir al soberanismo en el futuro movimiento, que recalcó que «no va contra nadie», ya que «todo el mundo es necesario». Puigdemon añadió que «lo tenemos que hacer con gran generosidad, no contra nadie, porque todo el mundo es bienvenido, no sobra nadie, cada aportación es imprescindible».

«Solo se lograrán los objetivos juntándonos, no yendo contra nadie sino a favor de todos», señaló el líder de JxCat, que incidió en que la «República catalana tiene muchos acentos y los necesitamos todos».

A las puertas de la asamblea del PDeCAT del próximo fin de semana y con la emergencia del nuevo movimiento, Puigdemont indicó que «los ingredientes de JxCat son «útiles y vigentes», y que es momento de hacer «política de forma diferente», sabiendo interpretar qué demanda la sociedad «en cada momento», pues entiende, según ha dicho, que «los tiempos nuevos demandan revisiones». En todo caso, Puigdemont subrayó que la Crida es solo «un punto de partida abierto a todo el mundo», por lo que su destino lo decidirán las personas que se apunten y que participen en la convención del próximo otoño.

Para captar adhesiones, la Crida tiene un manifiesto que leyeron el delegado de la Generalitat en Madrid, Ferran Mascarell, junto con la portavoz adjunta de JxCat Gemma Geis.

Por su parte, el president de la Generalitat, Quim Torra, destacó que «la Crida va de dar el paso adelante que necesitamos para que todos juntos, con toda la fuerza de la unidad, podamos crear este movimiento que bebe del referéndum del 1 de octubre». Torra reclamó «esfuerzos y sacrificios» para una independencia que cree que es una «causa justa», ya que «solo haciendo efectiva la república tendremos el futuro que soñamos para nuestros hijos».

Pero en realidad, lo que propone Puigdemont ya existe. Se llama JxCat, la marca con la que concurrió a las elecciones del 21-D. Pero esas siglas pertenecen al PDeCAT y el expresidente quiere el control absoluto. No quiere que la vieja Convergència marque la línea del nuevo movimiento, como pasó con la decisión del grupo parlamentario del Congreso de apoyar la moción contra Mariano Rajoy.

Por ello, el dirigente nacionalista ofrece al que aún hoy es su partido que se integre en el proyecto. Se trata de una OPA hostil que el PDeCAT no puede rechazar porque corre el riesgo de morir, como le pasó a Unió cuando se divorció de Convergència.             

La dirección postconvergente abrió ayer las puertas a sumarse al proyecto. «Somos asociados del PDeCAT, pero por encima de todo somos militantes de Catalunya y Puigdemont es nuestro líder moral y político», afirmó la portavoz del partido, María Senserrich. Los críticos del partido, afines a Puigdemont, abogan por la confluencia total, en tanto que los duros de JxCat creen que es necesario prescindir del partido fundado por Mas hace dos años.

Centro derecha                     

ERC, en cambio, dio ayer calabazas a Puigdemont. Los republicanos rechazaron sumarse, pues consideran que es una mera «recomposición del espacio de centro-derecha independentista». Una evolución más de Convergència, el PDeCAT y JxCat. La encuesta publicada ayer por El Periódico, que otorgaba la victoria a ERC en unas elecciones catalanas, dificulta aún más la integración.               

El independentismo vuelve a enfrascarse en un debate orgánico. Pero sigue sin abordar el tema central nueve meses después de la declaración de la independencia. Y es que continúa sin definir cuál es su estrategia, una vez se ha comprobado que la vía unilateral ha fracasado: si apuesta por el aterrizaje y el regreso a un nuevo autonomismo disfrazado de retórica republicana o insisten aún en la implementación de la república proclamada.

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