Cocina
¿A qué saben los recuerdos? Carme Ruscalleda: "Este es un libro de resistencia"
La Fundació Santa Teresa presenta el libro "Un tast de records, receptes des del cor", en que abuelos y abuelas explican sus platos y la memoria que les acompaña

Carme Ruscalleda en la presentación del libro
La cocina es más que recetas. Es historia, tradición, memoria, familia, recuerdos... La Fundació Santa Teresa rinde homenaje a los abuelos y abuelas que con sus recetas han impregnado la memoria de las siguientes generaciones. Lo ha hecho con el libro Un tast de records, receptes des del cor, en que abuelos y abuelas explican platos y la memoria que les acompañan. Allí acudió la chef Carme Ruscalleda, que atesora siete estrellas Michelin. La única mujer en el mundo en lograrlo. «Es un libro de resistencia» frente a amenazantes modas, dice. «No cocinar es porque no se está dispuesto a dedicarle tiempo», reflexiona.
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«La tradición de elaborar estos postres viene de mi madre. Siempre los hacía en fechas señaladas como aniversarios o encuentros familiares. En Todos los Santos y en Navidad. Desde que falleció, mis hijas me recuerdan que les haga las torrijas de la abuela», explica Caridad García. Esos dulces de calabaza evocan olores que trasladan en el tiempo.

Ruscalleda con una de las abuelas que han explicado sus recetas.
«He escogido este plato porque lo cocinábamos en vida de mi mujer, cuando los hijos eran solteros... Me trae buenos recuerdos», explica Florentino Roman sobre su pollo rustido.
La cocina de casa
«No me da miedo la cocina profesional», señala Ruscalleda. Su temor es la cocina de casa. La de toda la vida frente a una oferta de comidas preparadas, empaquetadas y mucho menos saludables en su mayoría.
Cocinar «es un acto de generosidad. Una tortilla francesa sin ganas es una chapuza, en cambio con ganas y amor...». La industria de hoy no llegará a ofrecer macarrones masticados. Pero vamos consiguiendo logros. La cocina llegará a las escuelas como materia curricular. No solo potenciará una alimentación saludable sino que potenciará al sector primario, apuntó.

Los abuelos que han particionado en el libro.
Y en esas recetas del libro están los ingredientes del tiempo, el amor, la sabiduría. la historia y ese regusto que queda al evocar platos de los abuelos.
El director de la Fundació, José Carlos Eiriz, destacó que «es un libro especial, no solo de comida, sino de personas, de vidas. Un homenaje a los abuelos que han compartido con sus nietos olores y sabores. Sabiduría que da el tiempo a fuego lento».

Los voluntarios de Bon Dia.
La idea surgió de la iniciativa Bon Dia por la que voluntarios llaman cada día a abuelos que viven solos. Para un rato de conversación, para preguntar cómo están... Un Bon dia que rompe silencios en las zonas de las entidades de Fundalis en el Alt Camp, Tarragonès y Baix Penedès.
Enseguida se implicaron artistas e ilustradores para dar color a las recetas. Casa una con su obra. Y restauradores que han incorporado las recetas a sus cartas. «La cocina siempre ha sido historia de sabiduría y es imprescindible», señalaron.

Restauradores que han llevado las recetas a sus cartas.

Los artistas que han creado una obra para cada receta

Ulustradores del libro.
«De todos los platos que elaboraba recuerdo especialmente el de sepia en salsa. Esta receta la hacía junto a mi mujer y le gustaba mucho. Ahora la hago para mi y ya tengo comida para dos días», explica Angel Peinado.
Aromas de cocina que quedan grabados y permiten esbozar sonrisas. «Soy hija y mujer de pescador y todo lo que se de cocinar pescado me lo ha enseñado mi padre y mi marido. El rossejat de arroz es y era una tradición familiar que querría que continuasen mis nietos», explica Ana Ariño, de Calafell.