Calafell, Cunit y Cubelles esperan soluciones para la travesía de la C-31

Hace dos años la Generalitat dijo que en 2019 estarían las obras para ‘humanizar’ lo que hoy es una calle

31 octubre 2019 13:00 | Actualizado a 02 noviembre 2019 10:12
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El accidente ocurrido este lunes en la travesía de la C-31 en Segur de Calafell ha recordado las quejas de vecinos y Ayuntamiento para que esa vía pase a tener una trama más urbana y que toda la circulación de paso sea desviada a la autopista C-32.

Hace años que se pide que la autopista C-32 entre El Vendrell y Cunit sea una ronda litoral gratuita que saque circulación de Segur de Calafell y de Cunit. En estas zonas la carretera pasa por núcleos con mucha densidad de población y los vecinos deben cruzarla constantemente para realizar sus gestiones.

El alcalde de Calafell, Ramon Ferré, explica que «estamos intentando reactivar las movilizaciones y acuerdos entre municipios para solucionar el problema de la travesía de la C-31». Pero ahora las administraciones con potestad para invertir y tomar decisiones «parece que tienen otras prioridades y debates».

25.000 coches

El accidente del lunes entre un turismo y una furgoneta no fue grave. Todo apunta a que uno de los dos vehículos se saltó un semáforo en rojo. Quienes circulan a diario por esa travesía señalan que la sincronización de los semáforos en el cruce donde ocurrió el accidente debería revisarse.

Más allá de la reivindicación de la rebaja de los peajes de los túneles del Garraf o de la eliminación de la barrera de Cubelles, municipios como Calafell o Cunit, pero también Cubelles, recuerdan que la C-31 hoy es una calle por la que pasan más de 25.000 coches cada día y que supone un peligro, como señala el alcalde Ramon Ferré. «Y hay una autopista que podría descongestionar la zona».

El pasado verano la alcaldesa de Cunit, Dolors Carreras, acudió a la Direcció General de Carreteres de la Generalitat para preguntar cómo estaba el proyecto de mejora de la C-31 a su paso por el municipio para integrar la vía a una trama urbana y reducir la siniestralidad. El proyecto lo presentó la Generalitat en 2017.

Ese año, la Generalitat dijo que la obra debería estar acabada en dos años con una inversión de 1,3 millones de euros. Entre las actuaciones estaba previsto instalar reductores de velocidad en la calzada, que se estrechara con el objetivo de ganar arcén para los ciclistas y reducir la velocidad de los coches, que la tienen limitada a 50 km/h.

También habría más pasos de cebra y se mejorarán los actuales,reforzando la iluminación. Asimismo, se contemplaba una nueva rotonda a la altura de la calle Montblanc y mejorar el cruce de la carretera con las calles de l’Ebre y de les Sorres y con la calle de les Figueres y la avenida Diagonal.

Sin presupuesto

La respuesta del Govern en la reunión del verano fue que el proyecto estaba hecho «pero que faltaba la aprobación de los presupestos», como señala el concejal de Cunit, Jaume Casañas, que también acudió a la reunión.

Los municipios temen que cualquier acción irá para largo, además de suponer un gran coste. Por eso señalan que la alternativa ya está construida y es la autopista C-32.

El alcalde de Calafell explica que pasadas las elecciones generales «debe reactivarse la reivindicación del territorio para sacar una carretera del centro de una trama urbana consolidada».

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