Denuncia una agresión de dos okupas en Salou tras pedirles que dejaran de hacer ruido

El inquilino les recriminó que bajaran el volumen de la música, tras lo que recibió un corte de arma blanca en la nariz

17 octubre 2020 09:10 | Actualizado a 17 octubre 2020 09:21
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Durante la mañana del pasado miércoles 7 de octubre, un vecino de Salou acudía al CAP de la localidad con una herida de arma blanca en la nariz. El hombre, que posteriormente presentaba el parte médico en la Comisaría de los Mossos d’Esquadra para denunciar los hechos, había sido presuntamente agredido durante una disputa vecinal originada a causa del ruido procedente de un piso okupado ilegalmente en el edificio, situado en la Avenida Joan Fuster.

El incidente se produjo a las 8 de la mañana del miércoles. El hombre, que contactó con el Diari de Tarragona el viernes 9 y ha preferido mantenerse en el anonimato, se dirigió al piso okupado y, al recriminar a los vecinos que bajaran la música, estos –aparentemente una madre y un hijo-, comenzaron a proferirle amenazas e insultos de carácter homófobo.

Tal y como relata la presunta víctima, a medida que la discusión se iba tornando más agresiva, el joven agresor entró en el piso y regresó a los pocos segundos empuñando un cuchillo de cocina. En ese momento, la mujer se interpuso entre ambos, pero no pudo evitar que uno de los ataques propinados acabara hiriendo al vecino en la nariz.

El denunciante pudo regresar a su apartamento y, tras contactar con el 112, fue atendido por el SEM en su domicilio antes de trasladarse al CAP, donde la herida fue tratada con sutura. En el Centro de Asistencia Primaria se produjo otro incidente, en el que se presentó la presunta agresora y, en palabras de la víctima, «empezó a fingir que yo la había agredido a ella». Ninguno de los dos presuntos agresores fue detenido, y el vecino regresó a su vivienda a pesar de que solicitó la aplicación de medidas cautelares para garantizar su protección. Desde entonces, la víctima asegura recibir insultos homófobos constantemente, especialmente el día 8 cuando, ante la llegada de lo que parecían nuevos okupas, trató de recabar información -matrículas de los nuevos vehículos, etc- para hacérselo saber a los cuerpos policiales.

Una okupación rotatoria

Estos okupas, que llevarían aproximadamente 4 años instalados en un inmueble propiedad de Solvia, no habían protagonizado incidentes de este tipo hasta ahora. «El contacto era escaso. Los únicos problemas con ellos era que tenían la luz y el agua pinchados y que en verano trajeron invitados a la piscina, algo que la comunidad de vecinos había prohibido por la situación sanitaria», explica el denunciante. Aparentemente, la okupación es rotatoria: los inquilinos ilegales se establecen en el piso durante periodos que no superan el año, tras los cuales dejan la vivienda para que se instalen otros okupas.

Al volver a contactar con el denunciante el martes, este aseguró que seguía recibiendo insultos. También que el domingo 11 los okupas facilitaron el acceso al aparcamiento del edificio a personas que cometieron robos con fuerza en algunos vehículos.

Los hechos han sido puestos en conocimiento del Juzgado de Guardia de Tarragona, donde se ha interpuesto una denuncia, a la que ha tenido acceso el Diari de Tarragona, por agresión homófoba en tentativa de homicidio. El abogado de la víctima solicita una orden de alejamiento mientras dure el procedimiento, así como la visita de un médico forense y un informe de los Mossos d’Esquadra.

Además de la denuncia presentada a los Mossos, los hechos han sido denunciados ante el Observatori Contra l’Homofòbia, asociación a favor de los derechos del colectivo LGTBI. Asimismo, el denunciante asegura estar recibiendo asistencia psicológica gracias a la entidad H2O, asociación LGTBI del Camp de Tarragona.

También se ha informado de la presunta agresión a la Oficina de Atención Ciudadana del Ayuntamiento de Salou. El consistorio, al ser contactado por el Diari, afirma que «este tema se encuentra, actualmente en manos de los Mossos» y condena firmemente los hechos al asegurar que «las agresiones lgtbfóbicas no tienen cabida en el municipio».

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