El mercado ambulante de Cambrils, a la espera de los turistas

E l paseo Albert y la avenida del Mil·lenari de Cambrils recuperaron ayer el mercado ambulante tras tres meses paralizado por la Covid-19. Hace justo un mes, el mercadillo reabría solo con las paradas de alimentación, pero por fin este miércoles volvían a la actividad el resto de puestos de ropa, complementos, bisutería o utensilios para la cocina. Un día muy esperado por los marchantes, que estaban contentos por haber podido volver al trabajo tras casi cien días pero que no podían evitar mostrar su pesimismo ante una temporada que se prevé más floja de lo habitual.

Para reabrir el mercadillo, el primero de la provincia de Tarragona que volvía a la actividad al 100%, el área de Promoció Econòmica del Ayuntamiento consensuó con los comerciantes todas las medidas de seguridad e higiene que se seguirían para poder trabajar con la mayor normalidad posible. La gente que lo visistó ayer, la mayoría del municipio, pudo ver cómo las paradas estaban más separadas, a dos metros. Además esta separación también era palpable en el pasillo central, donde los puestos se habían colocado unos centímetros hacia atrás para dejar más espacio a los viandantes.

A lo largo del paseo y la avenida se colocaron unos carteles que recordaban las medidas de prevención: limpiarse las manos con gel hidroalcohólico al entrar y salir del mercado; uso obligatorio de la mascarilla; respetar la distancia de seguridad; respetar el turno de compra, siempre manteniendo la separación entre personas; no tocar los productos de las tiendas, y pagar preferentemente con tarjeta o con el móvil.

Unas medidas que también se podían leer en todas las paradas, que tenían geles para los clientes en las entradas. «También tenemos guantes a su disposición y tenemos el líquido para desinfectar las prendas y los datáfonos», explicaban al Diari Pedro Antonio y Josefina. Estos marchantes, que tienen un puesto de moda para hombre, apuntaban que habían pasado tres meses muy malos y que se habían encontrado con el problema de que no podían vender todo el género comprado. «El grueso de la venta ya lo hemos perdido. Vamos a tener una temporada muy mala. Si no vienen los turistas, no funcionará», manifestaba el comerciante, que añadía que el ayuntamiento les debe ayudar con más medidas económicas para poder salvar este año. «Vamos a perder dinero. Nos tienen que ayudar con los costes», aseguraba.

En esta línea, otra marchante, Rosa, se mostraba agradecida con el gobierno cambrilense por haberles eximido del pago de la tasa de ocupación de la vía pública. «Estoy contenta por haber vuelto al trabajo. Es de agradecer que se haya tenido este gesto porque hace tres meses que no ingresamos nada», apuntaba.

Otro vendedor satisfecho era Delfín Gil. «Es el primer día de trabajo. No entiendo cómo los ayuntamientos de Torredembarra y l’Hospitalet no nos dejaron abrir. El mercado al aire libre es lo más seguro, está todo muy controlado», explicaba este comerciante de zapatos, que apuntaba que para probarse el calzado el cliente debía ponerse una bolsa de plástico y acto seguido se desinfectaba el artículo.

Un día agridulce para los comerciantes pero con el deseo de que en las próximas semanas el mercado vuelva a llenarse de turistas y de vida.