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Es un vestigio de un primigenio sistema de comunicaciones. La torre del telégrafo de Coma-ruga queda como símbolo de esas construcciones que se levantaron en el siglo XIX con fines principalmente militares para transmitir señales ópticas entre torres para alertar de avances de tropas durante la segunda guerra carlista. También había líneas civiles.
A lo largo de ramales se erigían estas construcciones en zonas elevadas y que fueron precursoras del telégrafo. La de Coma-ruga estaba en el ramal entre Barcelona y la Jonquera que derivaba de la línea Madrid, Valencia, Barcelona siguiendo la costa catalana. Ese ramal entró en funcionamiento en 1850.
Las torres se levantaban en lugares elevados. Desde ellas, con dos largos palos que se colocaban de manera que representaban letras podía emitirse un mensaje que se veía desde otra torre gracias a una lente de aumento. Las más próximas a la de Coma-ruga estaban en Altafullla y en el Ordal.
El grupo de Pel Vendrell Primàries, en la oposición, presenta una moción en el pleno que pide la restauración de la iluminación de la torre del telégrafo de los Masos de Coma-ruga. También la adecuación de todo el entorno ahora lleno de maleza.
La torre de El Vendrell fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Por ello Pel Vendrell Primàries destaca la opción de impulsarla mejorando su iluminación y el acceso. Mediante la telegrafía óptica podían trasmitirse mensajes entre las torres. El sistema quedó sin uso por la telegrafía eléctrica. Muchas fueron desmanteladas, pero otras quedan mostrando una historia desconocida por muchos y que con la de Coma-ruga podría darse a conocer.
