El pasado 'negro' de Charlie Rivel

La posibilidad de ser figura de la marca turística del Penedès Marítim levanta rechazo en sectores de Cubelles y Cunit. Recuerdan la implicación que tuvo el célebre payaso con el régimen nazi

19 mayo 2017 21:30 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:12
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La elección de la figura de Charlie Rivel (1896-1983), nacido en Cubelles, como imagen de la marca Penedès Marítim levanta recelo en sectores de la localidad del Garraf y de Cunit que recuerdan la vinculación que el payaso del taburete y el lastimero aullido tuvo con Hitler y el nazismo.

Los concejales de Turismo de Cunit y Cubelles, Jaume Casañas y Raül Mudarra, plantearon que Charlie Rivel, cuyo nombre real era Josep Andreu i Lasserre, fuese embajador del Penedès Marítim, pero tras las críticas podrían replantearse la elección.

El debate no es nuevo. Está entre los que defienden que la admiración de Charlie hacia Hitler fue real y quienes la creen fingida para poder trabajar y proteger a su familia. Pero sectores de la familia Rivel han condenado en diferentes ocasiones la vinculación de Charlie con los nazis.

 

Un ídolo

Charlie Rivel fue uno de los grandes ídolos de la escena en la Alemania nazi. En los años cuarenta, en plena guerra mundial, llenaba a diario la Scala de Berlín, con más de 2.000 localidades, y ofreció funciones especiales para Goebbels y Adolf Hitler. Incluso protagonizó una película.

Pero, ¿había algo más que el ser un artista en Alemania en una época de régimen nazi? El payaso de Cubelles evita esa época en sus memorias. Se limita a un escueto: «Berlín no era quizá el lugar idóneo para saber qué estaban haciendo los nazis».

En el libro Cartas a Hitler del historiador Henrik Eberle se recogen escritos que Rivel envió al dictador. En 1943 felicita a Hitler por su 54 cumpleaños. Rivel lo escribió en el Hotel Sonnenhof de Munich y decía: «Su excelencia reciba también este año mi efusiva felicitación de cumpleaños. Que el señor le siga colmando de salud, energía y fuerza y que bajo su mandato los pueblos europeos alcancen la victoria final y una Europa nueva y feliz».

 

Saludo sospechoso

Fueron varios los escritos que Andreu envió a Hitler. Los historiadores destacan que acababan con el tradicional saludo nazi de Heil Hitler, que no era obligatorio excepto para los militares. O porque se fuese partidario del régimen dictatorial.

En el blog Es la Guerra, del historiador Jesús Hernández, especialista en el conflicto mundial, Roger Andreu, que se identifica como sobrino de Charlie, defiende que el payaso fingía. «¿Nadie se acuerda cuando vivía Franco? En aquella época o seguías la corriente o te metían en la cárcel. No había libertad... ni de opinión, ni de acción».

 

A comulgar

Dice que durante el nazismo pasaba igual. «O comulgabas con el sistema o te metían en un campo de concentración. Así que no era cuestión de expresar tus ideas más íntimas. La única idea que el patriarca Pere Andreu inculcó a sus hijos (incluido Charlie) es: Mi patria es mi familia»

Del telegrama considera que «ese trozo de papel no significa absolutamente nada. En aquella época, las personas relevantes tenían que hacer gala de adhesión al régimen nazi, de lo contrario te convertías en sospechoso y podías acabar con tus huesos en la cárcel». Hay quien defiende que los nazis obligaron al payaso a cumplir con sus contratos. Pero, ¿cumplía Charlie Rivel sólo para salvar su vida y la de su familia o creía en el régimen nazi?

 

Tercer Reich

No todas las versiones son tan comprensivas para el payaso. Algunos historiadores explican que entre 1935 y hasta finalizar la Guerra, trabajó para el departamento de propaganda del Tercer Reich, lo que le facilitó amistad con Hitler y Goebbels y permitió que con toda Europa en guerra triunfase en Berlín.

Familiares del payaso también avalan el convencimiento de Rivel para con los nazis. Enrique March explicaba que a principios de los años treinta en su gira permanente por Alemania la familia se separó a causa de los enfrentamientos políticos de Charlie, que se distanció del padre y los hermanos.

 

Hermanos en la Resistencia

Charlie Rivel decidiría continuar en solitario con su mujer y sus hijos bajo la tutela del Tercer Reich. Comenzada la II Guerra Mundial, los otros hermanos Rivel colaboraron con la Resistencia en París y acusaron a Charlie de connivencia con el nazismo.

El enfrentamiento con la familia puede leerse incluso en el proceso ante los tribunales nazis. Charlie quiso el nombre Rivel para sí, a pesar de que pertenecía a su padre, y por extensión a toda su familia.

La vinculación del payaso con los nazis es tema de debate durante años e incluso llevada al teatro por Gerard Vázquez en su obra Uuuuh!, producida por el Teatre Nacional de Catalunya (TNC). En la obra se muestra la ternura del payaso en el corazón de la barbarie del régimen nazi.

 

Creu de Sant Jordi

Cuando la Generalitat le concedió la Creu de Sant Jordi (1983) surgieron críticas por esa vinculación. Finalmente fue entregada por lo que representó como artista que hizo reír a generaciones. Se recordó entonces que a su regreso a España cayó en una depresión y estuvo cinco años sin actuar. Pero también se apuntó que al finalizar la Guerra pidió ayuda a Franco para lograr un pasaporte de entrada a España.

El mismo dilema se planea ahora a los impulsores del Penedès Marítim, la marca turística que acuñan Cunit y Cubelles para ser las playas del Penedès y un territorio con oferta difrenciada entre las áreas de Barcelona y Tarragona. 32 años después de la muerte de Charlie Rivel su pasado vuelve generar debate entre la política y el cómico.

El concejal de Turismo de Cunit y uno de los impulsores de la marca Penedès Marítim, Jaume Casañas, reconoce desconocer ese pasado del carismático payaso. «Analizaremos la conveniencia de que sea el embajador de la zona», señala.

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