La Francisca, «la más grande, bonita y rápida», volverá a navegar en Calafell

Los trabajos para construir una réplica de la histórica embarcación a vela empezarán de manera inmediata

27 junio 2021 19:10 | Actualizado a 28 junio 2021 11:29
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Fue un símbolo de Calafell. De la pesca. Y una inspiración para escritores y pintores. El poeta Carlos Barral definía a la Francisca en sus memorias Catalunya des del mar como «la más grande, la más rápida, la más bonita».

Aquella barca de las denominadas ‘de bou’ navegaba a vela. Sola. Sin pareja. Unas barcas de arrastre a las que los pescadores llamaban vacas. Magí Sicart compró la Francisca en 1920. La barca navegó durante 20 años.

Fue la última vaca a vela de Catalunya que pescó en los años 50. Quienes la vieron destacaron la velocidad que podía alcanzar cuando desplegaba sus velas.

Sus 12,5 metros de eslora y 12 metros del palo más alto imponían como una de las mejores muestras de la vela latina destinada a la pesca. Pero tras un accidente la Francisca quedó en la arena. Aquel día el patrón, Magí de Cal Territ, pudo saltar al mar, pero no el Maginet que quedó atrapado aunque también logró salvarse.

Sin tripulación

La Francisca quedó tocada. Además, la pesca de luz con barcas con motor y centrada en la sardina y el pescado azul que se captura de noche se imponía. Resultaba más atractivas y más abundantes las capturas.

La Francisca se quedó sin tripulación y en la arena. Frente al Trajo de la Espineta. Se planteó donarla a un museo, pero el paso del tiempo acabó dañándola y también la afectó algún temporal. La degradación de la Francisca fue muy sentida en Calafell.

Durante unos años sirvió de refugio para algún marinero y lugar de aventuras de niños y jóvenes que se escondían en su interior. Incluso en la arena era un símbolo. Abandonada a la intemperie se fue degradando de manera definitiva.

La Francisca quedó en la memoria de quienes la vieron en la playa, en los escritos de poetas y en lienzos en los que se le daba unos colores que no tenía. También quedó en fotografías en blanco y negro.

Hace unos años un sueño comenzó a forjarse en la Associació Patí Català Calafell/Vela Llatina Carlos Barral, que se creó precisamente para recuperar patrimonio marítimo.

¿Recuperar a la Francisca? Hacer una réplica para que volviese a navegar aquella gran barca de pesca de color verde que tenía dos piezas largas de red dobladas en forma de bolsa que arrastraban el fondo marino de manera nada selectiva.

El presupuesto participativo de 2018 planteó la recuperación de la Francisca. Y fue una de las propuestas ganadoras.

Sin planos

Pero no había información exacta de la barca. Con unos planos de 1983 que hizo Vicente García Delgado, a partir de la maqueta de la también parecida barca de bou ‘Ursula’ de Badalona realizada en 1960 por Jaime Puig por encargo del Museu Marítim de Barcelona, comenzó a trazarse cómo debía ser la Francisca.

Una ingeniería naval alzó en 3D los planos de la Úrsula. El Laboratori Virtual d’Innovació Modelant l’Arquitectura i la Ciutat de la facultad de Arquitectura de la UPC realizó un scanner de la maqueta de la Francisca que hay en el Museu Marítim de Barcelona y que permitió una detallada nube de puntos de la barca para cotejarlo con la Ursula.

En un año

Los planos ya están acabados y tras una certificación, los trabajos está previsto que comiencen en próximas semanas. El inicio de los trabajos es una satisfacción para los impulsores de la iniciativa.

Quizá en un año la réplica de la histórica barca sea de nuevo un símbolo de Calafell que recuerde su esencia marinera y pesquera. Josep Inglada, presidente de la Associació Patí Català Calafell, señala que el objetivo es difundir la navegación entre la población y que puedan realizarse paseos explicativos en esa histórica barca.

El apunte: Modelo para los artistas

El acuarelista Gabriel Amat (1899-1984) fue uno de los más reconocidos plasmadores del paisaje catalán. Sus marinas y vistas de puertos le valieron  un gran reconocimiento.

En los años 40 Amat visitaba asiduamente Calafell para captar esa riqueza de barcas que descansaban en la arena de la playa. Y se enamoró de La Francisca. Amat la dibujo reiteradamente. 

El poeta Carlos Barral dijo que Amat vivía de la Francisca, su barca preferida. El coleccionista de arte y galerista de Calafell, Albert Tàpia recordaba al acuarelista que plasmó reiteradamente a la Francisca. «No ha habido en Catalunya un caso tan claro de fidelidad y dedicación tan apasionada al mar y sus embarcaciones. Fue, en una palabra, un notario riguroso que dio fe y testimonio de una época».

Mira la historia de la barca:

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