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Los jóvenes esperaban en el entorno de la estación de Sant Vicenç de Calders en la noche del miércoles. Cuando parase un tren, o en algunos de los convoys ya parados en las vías al estar sin servicio, tenían previsto plasmar sus grafitis.
Pero una patrulla de la Policía Local observó al grupo y acudió a la zona a ver qué pasaba. Los agentes comprobaron como los jóvenes llevaban 43 botes de spray y una escalera que iban a usar para pintar en los vagones. Además la Policía local decomisó dos prismáticos.
Hay espacios
La intervención evitó la acción de los grafiteros. La Policía recuerda que el Ayuntamiento habilita espacios en los que pueden pintarse sin ningún problema.
Sin embargo los trenes son una pieza codiciada por los grafiteros ya que es una manera que su obra recorra distancias y pueda ser observado por más personas. Hay grafiteros que compiten por ser lo que definen como Rey de la línea.
Además de esa visualización, también destacan el riesgo de atacar un tren. Hace un par de años en Calafell un grupo de jóvenes no dudaron en parar un convoy para realizar sus pintadas. También ven un reto el pintar mientras un convoy realiza una parada por la exigencia de rapidez para plasmar la pintada.
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