Las barcas de Cambrils dejan de prestar el servicio de Pesca Turisme

La obligación de adaptarlas para las personas con diversidad funcional choca con otras normas pesqueras

04 julio 2021 16:50 | Actualizado a 05 julio 2021 10:17
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¿Quieres ser pescador por un día? Con este lema se ha ofertado en Cambrils durante los últimos años una de las experiencias turísticas más singulares de la Costa Daurada. Un día completo a bordo de una embarcación de arrastre en alta mar, compartiendo y realizando las mismas tareas que los pescadores, calant i xorrant (bajar y subir las redes del agua), seleccionando las capturas por especies y tallas, limpiándolas o comiendo el típico ranxo mariner. Todos salían satisfechos: los turistas, tras disfrutar de una atípica y a la vez gratificante jornada y los pescadores, por poder compartir su oficio y obtener un pequeño complemento a su salario.

Sin embargo la actividad, conocida como Pesca Turisme, ha dejado de ofertarse. ¿El motivo? Una nueva normativa que obliga a las embarcaciones a estar adaptadas para personas con diversidad funcional pero cuya aplicación, a la práctica, choca de lleno con otros reglamentos pesqueros.

«Se habilitarán espacios a bordo, adaptados para personas con discapacidad, en su caso, en los que los turistas se encuentren libres de peligro», dice textualmente la normativa.

«En realidad lo que nos piden es que llevemos una plataforma para que estas personas puedan acceder a la barca y luego, y ahí viene el gran problema, que tengan acceso a todos los compartimentos como pueden ser la cocina o el puente de mando», explica Jan Matamoros, patrón junto a su hermano de la barca Josep Jan Dos.

«Pero esa norma choca con otra, propiamente pesquera, que nos obliga a tener las puertas a 25 centímetros de altura, por si hay golpes de mar, para que no pueda entrar agua. Sin olvidar que todas las puertas son mucho más estrechas de lo habitual y por ellas no puede pasar una silla de ruedas», añade.

«O cumplimos con una normativa o con la otra, pero las dos es imposible. Es incongruente. Y lógicamente nosotros nos dedicamos a la pesca y no al turismo», sentencia Jan a la hora de explicar por qué han dejado de ofertar la Pesca Turisme.

La medida, que iba a entrar en vigor el verano pasado, quedó disipada con motivo de la pandemia del coronavirus pero ahora se ha hecho ya efectiva por parte de Capitania Marítima de Tarragona.

La Pesca Turisme tenía un precio de 100 euros por persona que incluía toda la actividad y el desayuno, comida y bebidas en la embarcación. Ese importe se lo repartían a partes iguales los pescadores. Además los participantes se llevaban a casa tres o cuatro kilos del pescado capturado.

El perfil del turista era mayoritariamente nacional, aunque también habían contratado esta experiencia clientes de diversos países europeos.

Ninguna persona con diversidad funcional había solicitado hasta ahora el servicio.

En Cambrils eran dos barcas las que mantenían esta actividad desde 2013, cuando la propia Josep Jan Dos importó la idea desde Italia y la impulsó en la Confraria. También la ofrecía la Germans Bonet. Y hasta hace unos años, la Pitu Bomba.

El único requisito al que estaban obligadas las embarcaciones era un seguro de responsabilidad civil y chalecos salvavidas.

La actividad estaba promocionada también por el Ayuntamiento de Cambrils y por Nàutic Parc (también se ofertaba en l’Ametlla de Mar).

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