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Ha empezado el mes de julio y el color ámbar del semáforo que impuso el gobierno británico para la Costa Daurada sigue igual. Salou, la capital de esta marca por excelencia, es la ciudad de la provincia de Tarragona más ‘castigada’ por las restricciones a los clientes ingleses que además de las trabas de su gobierno ahora, además, tienen que entrar en España con una PCR negativa o tener la pauta completa de la vacuna.
Con estas medidas reactivadas desde el 1 de julio, los turistas dejarán de poder visitar el país sin restricciones, como ocurría en el último mes. Esta situación reduce todavía más las esperanzas que había depositado el sector turístico para que el mercado británico remontara en uno de los destinos nacionales preferidos.
«No arrojamos la toalla, pero es cierto que estas semanas que perdemos serán difícil de remontar»Salou, según datos del Instituto nacional de Estadística (INE), es el noveno destino español con mayor número de ingleses con 237.262 visitantes en 2019. El primero es Benidorm, con casi 791.000 turistas. Los datos se confirman con las pernoctaciones que registra el Observatori de Turisme, que en 2019 (antes de la pandemia), el mercado inglés era el extranjero más importante en Salou y el segundo en la provincia por detrás del francés (al margen está el turista nacional que sigue siendo el predominante).
Los datos anteriores a la pandemia son el punto de referencia para el sector turístico de la Costa Daurada, que quiere recuperar en los próximos veranos. Sin embargo este 2021, aunque será mejor que 2020, hay ciertos factores que van más lentos de lo esperado.
«Algunas plazas vacantes se llenarán con otros mercados, pero no hay tanto visitante para todos»Uno de ellos es las medidas de movilidad del turismo extranjero, que si usan avión, los requisitos para viajar de forma segura son muy exigentes. Precisamente por esta razón, la presidenta de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT), Berta Cabré, admite que la presencia de turistas británicos este verano «será difícil». Cabré no arroja la toalla, pero admite que «este mercado es de los primeros en visitar la Costa Daurada y ya hemos terminado el mes de junio y julio sigue sin buenas perspectivas». La presidenta confía en que la tendencia cambie en agosto y septiembre y aunque sean pocos, haya británicos en las playas y ciudades de la demarcación.
Jaume Orteu, presidente de la Associació Hotelera Costa Daurada i Terres de l’Ebre, admite que se intuye un verano sin ingleses. «La situación desearía que fuera diferente, pero la esperanza se va alejando». Orteu señala que además de las restricciones, el coste de las PCR también frena la llegada de este mercado británico, que en el parque de hoteles de Salou es uno de los principales clientes. «No creo que cierren resorts por falta de ingleses. Hay otros mercados que podrán suplir parte de las vacantes», admite Orteu.
«Los británicos compran con mucha antelación y este año será difícil verlos aquí estos meses»Por su parte, el presidente de la Associació d’Agències de Viatge Receptives, José Luis Túnez, reconoce cierto pesimismo para la llegada de turismo británico. «Es un mercado que compra con mucha anticipación y el hecho de las restricciones no veo a turistas británicos este verano. Como pronto a partir de septiembre».
