Recuperan el proyecto para una desaladora de agua de mar en el Baix Penedès

Podría inyectar agua  la red del Consorci de Tarragona o de Barcelona

05 diciembre 2020 11:48 | Actualizado a 05 diciembre 2020 11:56
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La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) pretende recuperar el proyecto de construcción de una planta desalinizadora en Cunit que permita tratar el agua de mar para que sea potable.

El proyecto ya se planteó en  2009 y debía entrar en funcionamiento en 2012, pero quedó en nada por los elevados costes de esas instalaciones y para el tratamiento del agua ya que necesitan una gran cantidad de energía. La construcción ya entonces tenía un coste de 80 millones.

Ahora el director del ACA, Lluís Ridao, explica que se recupera el proyecto en las actuaciones previstas para los años 2022-2025 en el programa de intervenciones de la cuenca del Foix. Sería la tercera desaladora de Catalunya tras la del Prat de Llobregat y la de Blanes.

La desaladora es para dotar de otro suministro al Penedès y especialmente al área de Barcelona. Ridao explica que fomentar la reutilización del agua es uno de los objetivos a reforzar en los próximos años en los que se prevén más y persistentes sequías.

El proyecto de 2009 contemplaba instalar la  planta en una zona de Cunit conocida como Mas Peirot, junto a la autopista C-32 y captaría el agua frente a donde estaba la térmica de Cubelles. Iba a desalar unos  600 litros de agua por segundo.

La ubicación en Cunit es porque está en un punto en el que llegado el caso podría inyectar agua a la red del Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT) o a la del Ter Llobregat (ATLL). Entonces la Generalitat aseguró que aquella planta no sería un punto de interconexión de redes.

La desalinizadora de Cunit está pensada especialmente para garantizar el suministro de agua a la zona metropolitana Barcelona Sur como el Barcelonès, Garraf, Baix Llobregat, Vallès Occidental y Oriental y Anoia. El Baix Penedès ya recibe agua del Ebre. En todo caso de momento sólo vuelve a ser un proyecto en cartera.

La desalación consiste en separar las sales disueltas en el agua hasta que tengan valores aptos para el consumo humano. Se logra con la ósmosis inversa. El agua captada del mar se lleva a unos canales donde se limpia de arenas e impurezas mediante sistemas físicos y químicos similares a los de tratamiento el agua convencional.

 

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osteriormente se hace un nuevo filtrado para eliminar los restos de partículas de mayor tamaño y otros elementos en suspensión e impurezas.  Comienza entonces la desalación por ósmosis inversa. Las células de dos soluciones de diferente concentración tienden a igualarse hasta un equilibrio. Con la ósmosis se inyecta presión  a la solución más concentrada, para igualarla a la más diluida. 

El agua ya potable se almacena y se somete a tratamientos como los del agua que llega a los domicilios. La salmuera sobrante se devuelve al mar. La liberación de esas cantidades de salmuera al mar es una de las críticas de los ecologistas que se señalan que puede tener efectos para la fauna y flora marina, especialmente para las praderas de posidonia. También destacan el gran consumo energético de esas plantas.

Según la Agència Catalana de l’Aigüa entre 2005 y 2020 las desaladoras catalanas han producido 220 hm3 de agua.

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