Un banco sella un piso de Salou al marcharse los okupas de vacaciones

La familia, de nacionalidad marroquí, se fue hace unos días a su país y al volver vio que la puerta era infranqueable. El ruido por intentar entrar alertó a los vecinos y a la Policía Local

19 mayo 2017 15:58 | Actualizado a 02 junio 2017 10:39
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Unos golpes y unos gritos inundaron el pasillo de la primera planta de un bloque de pisos de la calle Valls de Salou, en plena zona turística de la ciudad y a poca distancia de la playa dels Capellas. Un mínimo de cinco personas intentaban sin éxito acceder a una vivienda, propiedad de una entidad bancaria. No había manera. La puerta antiocupación instalada recientemente –el material de las obras aún sigue en el fondo del pasillo– impedía a estas personas acceder al piso y su desesperación iba en aumento por la eficacia de la medida.

Los golpes continuados a la plancha metálica alertaron a los vecinos el miércoles por la noche, que llamaron a la Policía Local poco antes de las diez. Temían que se produjera una desgracia con esos golpes continuados.

El vecino que llamó a la comisaría explicaba a la operadora que unos okupas querían acceder a un piso de la primera planta del número 19 de la calle Valls. No era gente extraña en la escalera, porque de hecho ya vivía en la misma vivienda desde hacía años, pero al cambiarles la puerta ahora no podían entrar en él. Según se supo después, la okupación llevaba un mínimo de cuatro años sin que nadie hubiera conseguido un desalojo pacífico de esta vivienda.


No hay delito
Acudieron tres patrullas (seis agentes) de la Policía Local de Salou ante el temor de que el enfado de los okupas de origen marroquí pudiera ocasionar problemas en el rellano o con el resto de la comunidad de vecinos.

Al llegar al rellano de la primera planta –el inmueble tiene cinco alturas y unos bajos comerciales– se encontraron a cinco personas mayores de edad y les pidieron la documentación para identificarlas.

Cuatro de los cinco tienen antecedentes por diferentes delitos, según ha podido saber el Diari: lesiones, violencia familiar, coacciones, defraudación de fluido eléctrico, seguridad vial, amenazas... Aunque ninguno de ellos tiene actualmente nada pendiente. Uno de los participantes en la reapertura de este piso no tenía ningún antecedente policial.

Los cinco okupas explicaron a los agentes salouenses que se habían marchado de vacaciones y que al volver se habían encontrado con la casa cerrada con esta puerta blindada pensada para que no se pueda abrir si no se tiene la llave.

Explicaron a los policías que los golpes que habían oído los vecinos eran debidos a que intentaban abrir sin éxito y recoger sus pertenencias que no se habían llevado en su viaje hacia Marruecos. No querían problemas, sólo recuperar lo que era suyo. Fuentes policiales explicaron que los cinco hombres identificados no causaron ningún tipo de problema en el edificio y se fueron del lugar sin las pertenencias, que están dentro de este piso.

Esta familia marroquí okupa llevaba viviendo en este piso un mínimo de cuatro años, han explicado diferentes fuentes, y al volver de su país, el marido junto con otros cuatro amigos habían intentado abrir la puerta sin éxito.

Aunque hubo un amplio despliegue policial en este edificio de la calle Valls, a ninguno de los cinco hombres identificados se les imputa delito alguno, puesto que no hay daños en la puerta ni en la pared (delito patrimonial), ni hubo altercado ni enfrentamento con los policías (atentado contra la autoridad).

Fuentes policiales reconocen que la vivienda es del banco y que las pertenencias interiores se quedarán allí salvo que el titular las quiera sacar. Las mismas fuentes desconocen dónde han pasado la noche tras perder el techo que tenían en Salou.
 

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