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Debería ser un privilegiado lugar para quien busca tranquilidad y por la noche huir algo del calor. En la cima más alta de Calafell, el castillo medieval tendría que ser ese lugar de desahogo, pero el vandalismo más gratuito desde hace tiempo ha provocado destrozos, molestias a los vecinos y momentos de tensión.
La situación ha obligado a instalar cámaras de vigilancia que estarán funcionando las 24 horas y también a colocar vallas en los puntos por donde podía accederse con más facilidad. El objetivo es intentar evitar ese vandalismo.
Además de grupos haciendo botellón y con la música a todo volumen, los vándalos trepan por la muralla del castillo, con el riesgo de caída, arrancan piedras y las lanzan a los tejados de las casas del entorno.
Se teme que los vándalos puedan causar más destrozos y de mayor daño económico en la nueva musealización del castillo con plafones informativos, equipos digitales y figuras que recrean cómo era la vida en la fortaleza y que ayudan a entender la visita
Las cámaras, además de un efecto disuasorio, permitirán identificar a quienes causen destrozos. El historiador Joan Santacana, que ha coordinado la nueva musealización del castillo, explica que los daños y molestias son de hace tiempo, pero ahora la zona tiene más riesgos. Por ello se han buscado medidas que deberían aportar mayor seguridad a la zona.
Dificultar
Los puntos que permitían el acceso al castillo que tenían vallas fácilmente franqueables se han reforzado para dificultar la entrada a las zonas que sufrían más vandalismo y los desórdenes.
Vecinos de la zona explican que además de ruidos hasta entrada la madrugada, en muchas ocasiones los desperfectos acaban con cristales y suciedad por el suelo, daños en el patrimonio, además de tensión entre los grupos y residentes en el núcleo calafellense.
Son reiteradas las llamadas que los vecinos hacen a la Policía Local, pero al llegar con las sirenas, los concentrados huyen o la situación no pasa de que los agentes les piden que mantengan el orden. En este sentido los vecinos piden que haya vigilancia para intentar evitar que comiencen esas fiestas en las calles que rodean a la fortaleza.
El castillo es uno de los elementos patrimoniales de Calafell y desde hace unos días ha incorporado una nueva musealización que facilita comprender toda la fortaleza, su historia, motivaciones y especialmente cómo era la vida de quienes la poblaron en sus diferentes épocas.
