«Pero ¿es verdad? ¿No me estarán engañando otra vez?», decía María. Porque han sido muchos los engaños y las pérdidas.
La mujer ha estado durmiendo y viviendo en las calles de El Vendrell. En un banco, en una acera... Invisible para las administraciones y para muchos vecinos. No para todos.
En la puerta de la iglesia de El Vendrell, junto al Ayuntamiento, ante las dependencias de la Policía Local... Tapada con mantas y cubriéndose con nada cuando ha llovido. Pero de un sitio la llevaban a otro.
Sin esperanza
Un grupo de vecinos de la asociación PASOS de El Vendrell denunció en las redes sociales la situación de María, que parecía ya haber renunciado a todo. Sin esperanza. Sólo en que pasara el tiempo.
El estado en que se encontraba la mujer, de 61 años, llegó a Joan Cuni, propietario de una empresa que fabrica mobil home, esas pequeñas casas prefabricadas y decidió regalar una a María.

Cuni explica que «ví a una mujer indefensa, mayor, enferma, durmiendo en la calle y sin que nadie la atendiese. No podía hacer menos que facilitarle un techo».
Enseguida comenzó ha habilitarse una mobil home que se entregará a María a principios del próximo mes. La casa prefabricada irá aun terreno en el Catllar que cede Montserrat, la vecina que atendió a María estando en la calle. «Tengo un solar delante de mi casa y allí María va a estar bien», explica.

La mujer sufre ataques epilépticos y requiere de medicación. Se vio en la calle tras la muerte de su compañero. Con las míseras pensiones y ayudas de hoy, sólo con una no da para pagar el alquiler y el dueño de la vivienda argumentó que la necesitaba para su hijo. Así que María se vio en la calle. Imposible encontrar un alquiler.
Había comenzado a realizarse un tratamiento dental pero la clínica dental cerró y con el proceso a medio hacer pero que debe seguir pagando la cuota cada mes. Y la paguita no da para mucho.
María todavía no se cree que tendrá dónde cobijarse. «Tenía ganas de morirme cuando estaba en la calle. Aguanté gracias a mi perrita. Luchaba por ella», explica ya atendida y cuidada. Ha estado siete meses en la calle. «Cogía mucho aire y frío», recuerda.

Montse explica que «cuando la cogimos de la calle María estaba congelada, desatendida». Cuando la llevaron a una casa pasó tres días en la cama. «No quería salir. Decía que si moría por lo menos lo haría en la gloria. No sabes lo que es dormir en el suelo chorreando».
Ya aseada y pasada por la peluquería, María pregunta «porque ¿no me engañan, no?», si la casita... «¿tendrá lavabo, tendrá microondas?», pregunta María que no ve cómo adelantar los días para dormir en su nueva casa.
Joan Cuni entregará la mobil home a María pero pide que las autoridades atiendan a las personas con necesidades. «Hay personas mayores que no pueden valerse por sí mismas. Incapaces de conseguir comida y un sitio donde dormir. Las autoridades no pueden permitir estas situaciones».

Además de la mobil home, la ayuda para María también ha comenzado a llegar de particulares y otras empresas. Son muchos los vecinos que han donado ropa de abrigo, de cama, menaje para equipar la mobil home. La Outlet del polígono de Riuclar ha entregado un horno, microondas, sartenes... que se suman a los que decenas de vecinos han aportado.