Restaurantes de Cambrils, molestos por los contenedores de basura junto a sus terrazas

«Nadie quiere sentarse ahora en la terraza. Desde que colocaron estos contenedores tan cerca de nuestros locales se nota el mal olor; enseguida se acumulan restos de comida por el suelo y objetos que la gente deja fuera y la verdad, es ciertamente desagradable. Se da muy mala imagen». Gennaro y Helena Almendros hablan claro. Son los propietarios respectivos de la pizzería Da Gennaro y del restaurante El Pati, los dos locales de la calle Pau Casals de Cambrils que más sufren las consecuencias de una batería de seis contenedores reubicados junto a la esquina con la calle Barques. Los containers fueron a parar allí a raíz del inicio de las obras en la Rambla Jaume I y coincidieron con la inutilización de los subterráneos que se hallaban a unos metros.

Otros tres restaurantes de Pau Casals, Instint y Roce, situados también entre las calles Barques y Sant Pere, y La Finestreta, en ese mismo tramo aunque en la cera de enfrente, también padecen por ese mismo motivo.

«Nos quejamos hace ya bastantes semanas de lo que ocurría, en cuanto vimos la insalubridad que se estaba produciendo a causa de la colocación de los contenedores y la falta de limpieza del suelo», prosigue Helena. «Desde el Ayuntamiento de Cambrils nos prometieron que los reubicarían y encontrarían una solución, pero llegó Semana Santa y los seguimos sufriendo; ahora ha llegado el calor y el problema se incrementa. No podemos seguir así en verano», reclama. «Nuestros negocios salen perjudicados».

Su enfado es aún mayor al detectar que hay restaurantes de primera línea del puerto que suben hasta Pau Casals a depositar sus basuras. «¿Por qué ellos suben y no bajamos nosotros? ¿Por qué tenemos que estar pagando únicamente los restaurantes de Pau Casals este problema»?, justifican ambos, mientras exigen que «se recoloquen en algún otro punto», «se retiren de inmediato» o «se apueste por una recogida puerta a puerta a una hora determinada y de esta manera se acabe con este conflicto».

Helena y Gennaro recuerdan además que sus locales ya se vieron perjudicados al tener que recortar unos centímetros sus terrazas debido al plan de seguridad derivado de las obras en la Rambla Jaume I. «Nos obligaron para que pueda pasar el camión de los bomberos si algún día necesita entrar a Pau Casals porque es una de las dos calles paralelas a Jaume I donde pueda circularse de un extremo a otro». Esos trabajos, sin embargo, tuvieron que costearlos de sus propios bolsillos. «Veremos si nos lo descuentan en el próximo recibo por tener la terraza, aunque cuando hemos preguntado en el Ayuntamiento por este tema nos dijeron que los dos años de pandemia no habíamos pagado».

La circulación es otro de los problemas a los que se enfrentan. «Por Pau Casals pasa ahora todo el tráfico que absorbía la Rambla, incluyendo ahora camiones, maquinaria pesada... con el ruido, polvo y molestias que supone. Y los días que ha habido lluvia ya ni te cuento el barro y suciedad que se ha generado», desvelan. «Nos piden máxima higiene y limpieza y las obras nos ha traído toda esta suciedad», reitera Helena.

Los restauradores se quejan también que se han instalado carteles señalizando el acceso al párking del Pòsit y que, en cambio, no se ha hecho por ejemplo con los restaurantes de Pau Casals, igualmente casi aislados.

El Ayuntamiento busca solución

Desde el Ayuntamiento de Cambrils reconocen el problema y la búsqueda de una solución. La recogida puerta a puerta es una de las opciones que tiene encima de la mesa Secomsa, la empresa encargada de la recogida de basuras. No pueden dar ningún plazo, aunque aseguran que el avance de las obras ayudará. La pasada semana llegaron otros dos contenedores más de orgánica a la calle Barques, que no pueden utilizarse al estar sus bocas pegadas a una pared.