Si usted es aficionado al ajedrez puede llegar a entenderlo. Si apenas sabe identificar las piezas le parecerá increíble. «Pero es así. No necesitamos mirar el tablero para conocer en todo momento la posición de las fichas y las próximas posibles jugadas. Las propias y las del contrario».
En este sentido «el ajedrez es uno de los deportes más inclusivos en igualdad de capacidades en cuanto a dificultades visuales se refiere».
Quien lo explica es Alberto Olivera, de El Vendrell, miembro del equipo olímpico de la ONCE y que ha participado en tres Olimpiadas, en el Campeonato de Europa y del Mundo individual y que quedó tercero en el del mundo, trece participaciones en el Campeonato de España por equipos y campeón en el Memorial Calbet, en el que compite contra jugadores videntes.
El Hotel Gran Europe Coma-ruga acoge este fin de semana el XVI Campeonato de Catalunya de ajedrez para ciegos. Es la séptima edición que se celebra en El Vendrell y en el que participan 16 jugadores que compiten para pasar al Campeonato de España para el que hay tres plazas en disputa y que se celebrará en junio.

Pero ¿cómo jugar sin ver el tablero? Cada jugador puede tocar las piezas (las negras tienen una especie de clavo en la parte superior) y las casillas blancas y negras diferentes alturas. Pero a partir de ahí es cuestión de memoria y planificación mental.
Antes de cada movimiento cada jugador debe explicar de palabra el desplazamiento que va a hacer con su figura. «Con esa ‘visualización’ mental se puede jugar una partida sin tablero. Sólo con los códigos de los movimientos que se van narrando».
Los jugadores con discapacidad visual explican que el ajedrez tiene elementos rehabilitadores en esquamatización del pensamiento o una ágil toma de decisiones. Desarrolla el hemisferio izquierdo que es el especializado en el manejo de información lógica y el procesamiento paso a paso.
En una de las salas del hotel, en completo silencio, los jugadores entrenan frente a sus tableros y toman notas. «Cuando se aprende te acompaña toda la vida. También para la toma de decisiones del día a día. Ante cualquier resolución te planteas las diferentes opciones de manera rápida», explica Alberto Olivera.
«Cuando piensas como un ajedrecista lo haces para todo en la vida». Veas o no veas. «Además de que permite que las personas con dispacidad visual compartan aficiones y socialización, dicen que previene el Alzheimer».
El campeonato está organizado por la Federació Catalana d’Esports per a Cecs, en colaboración con la ONCE.

Sí que hay una gran dificultad respecto a los videntes. «El estudiar. Hay libros y textos que narran jugadas. Pero para poder seguirlas quienes tenemos deficiencia visual necesitamos unas grandes pantallas o avanzar muy poco a poco», explica Olivera.
En toco caso señala que es cuestión de entrenamiento y entrenar, entrenar y entrenar a diario. Cara a cara y con el tablero en la mente, los jugadores ven mucho más allá en cualquier circunstancia.