Es la embarcación con la que muchos niños aprenden a navegar. De hecho es el único velero aprobado por la Federación Internacional de Vela para menores de 16 años.
Hace décadas esas pequeñas barcas de vela llenaban la playa y el mar en Calafell. Era la imagen del club náutico de cuando estaba junto a la riera y que ya fue derribado hace años. Ahora está en el puerto de Segur. Pero la presencia de los Optimist fue decayendo y hoy es anecdótico.
Este fin de semana las velas de los Optimist volvieron a llenar el litoral del municipio con una regata. No se disputaba una desde hacía 25 años. La última fue en 1998 en el que fue torneo Rovira que organizaba el Club Náutico de entonces. Han participado 86 barcos de 16 equipos de 10 clubes.
El indispensable achicador
Más allá de la competición, la presencia de tantas velas de Optimist ha emocionado a los aficionados a la navegación. Pero también a quienes hace años los vieron llenar el litoral y a muchos chavales aprendiendo a navegar en aquellas barcas rectangulares con sus flotadores interiores en los laterales y la popa. Y el indispensable achicador de agua.
Porque se intuye el objetivo es recuperar aquella popularización de la emblemática barca entre los más jóvenes .
El Optimist es la embarcación a vela más indicada para que los chavales de entre 7 y 15 años aprendan a navegar. Con ella conocen el comportamiento de los vientos, de las olas y de las corrientes. Y en ella navegan en solitario.
Popularizar
Por ello la regata se plantea como un punto de partida para ‘optimizar’ Calafell. Sergi Cadenas, vicepresidente de la Federació Catalana de Vela, dirige también, junto a Jordi Sánchez, el Club de Mar de Calafell, en el que se imparten cursillos de vela para todas las edades en el puerto de Segur de Calafell.
«El Optimist es el único barco en el que un niño puede navegar de manera autónoma», explica Cadenas. Destaca que enseñar a navegar a los más jóvenes es, además de fomentar la práctica deportiva, ofrecer una alternativa de ocio con ventajas sociales.
Cadenas señala que el municipio debería contar con una importante flota de este tipo de barcas y de hecho el Club de Mar de la localidad ya se está haciendo con algunas que reciben de donaciones de otras escuelas o las está adquiriendo de segunda mano.
200 euros
Por 200 euros puede tenerse un Optimist en perfecto estado para que quien se anime pueda iniciarse en esa navegación a vela. Es una cantidad muy asumible para que por ejemplo el Ayuntamiento pudiese adquirir una serie de barcas con el objetivo de volver a popularizar ese deporte.
«Hace años se perdió porque no se siguió fomentando la práctica de la vela». Cadenas no piensa tanto en formar campeones. Eso lo determinará el tiempo y la afición de cada uno. Sino en «que los jóvenes tengan la posibilidad de un actividad que aporta muchas mejoras a nivel personal en contacto con la naturaleza y con otros jóvenes».
En la regata quedó primero el Club Nàutic Cambrils seguido del CN Balis y el CN Masnou. En total fueron 86 barcos que deberían ser un primer paso para volver a despertar la afición por el Optimist en Calafell.
Quizá pueda volverse a ver aquellas puestas de largo cuando los jóvenes ya dejaban el Optimist para pasar a otras embarcaciones de mayor tamaño y las playas se llenaban de chavales por su afición al mar.
