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    Buscando setas gigantes en el bosque de Castellfollit

    Bosc pintat de Poblet. Se trata de una excursión circular de unos 3 km con un desnivel moderado ideal para animar a los más pequeños a hacer una caminata disfrutando de la naturaleza

    08 diciembre 2022 13:58 | Actualizado a 08 diciembre 2022 13:58
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    ¿Sabíais que en el Bosc de Poblet se pueden localizar setas gigantes en cualquier época del año? Se trata de una ruta micológica donde las setas y también los árboles, donde están pintadas, son los protagonistas. Es una propuesta ideal para disfrutar con los más pequeños de la casa de una excursión sencilla descubriendo el magnífico bosque del Paratge Natural d’Interès Nacional de Poblet.

    Esta excursión, que se conoce con el nombre de Bosc pintat de Poblet, puede ser de 3 km o bien de 6,5 km, aunque esta ruta más larga no es recomendable hacerla con niños muy pequeños.

    El punto de inicio de ambas rutas es la casa forestal de Castellfollit. Hasta esta construcción de inicios del siglo XX, que antiguamente usaban los ingenieros y los trabajadores que trabajaban en la adecuación del bosque, se puede llegar en coche. Eso sí, hay que tener en cuenta que no hay mucho espacio para aparcar y que las plazas se llenan con rapidez, especialmente los fines de semana, así que lo mejor es llegar temprano.

    Para acceder hasta la casa forestal de Castellfollit hay que desviarse en el punto kilométrico 6,5 de la carretera T-700, que va de Poblet a Prades, y seguir durante unos 4 km por una pista asfaltada. El primer lugar al que se llega es el área de la roca de l’Abella. En este punto, los fines de semana y en temporada alta, hay trabajadores del Centre d’Interpretació del Bosc de Poblet que regulan el tráfico de vehículos e indican a sus ocupantes si pueden llegar hasta la casa forestal de Castellfollit o si per el contrario deben aparcar en alguno de los otras zonas habilitadas que hay a lo largo de la carretera. Algunas de estas plazas de aparcamiento están bastante lejos de la casa forestal de Castellfollit, por eso la importancia de llegar temprano y asegurarse poder aparcar allí.

    Todos a buscar setas

    Una vez se deja atrás la casa forestal de Castellfollit la ruta comienza caminando por una pista forestal que transcurre bajo una hilera de tilos. El primer tramo del sendero es bastante empinado, mientras se cruza un pinar centenario de pino negral y pino albar. Poco después se llega a la primera seta pintada, un pie de gallo (o peu de rata en catalán). Girando a mano izquierda, a pocos metros subiendo una pequeña cuesta, se localiza la segunda seta, una amanita phalloides o farinera borda, una seta altamente tóxica y mortal para quien la come.

    Para seguir la ruta hay que deshacer un poco de camino y coger un sendero que atraviesa el conocido como llano dels Esbarzerals para encontrar de nuevo la señalización que indica por donde continua la ruta. Para llegar a la tercera seta de la ruta hay que subir una cuesta bastante pronunciada y algo resbaladiza en algunos tramos. Es posible que este sea el tramo que más cueste a los pequeños de la casa si no están muy habituados a andar, pero la recompensa de encontrar las setas al final de la cuesta es toda una excusa para mantener la motivación.

    La tercera seta en cuestión es una negrilla (fredolic en catalán) y a pocos metros, siguiendo por la pista, se encuentra la amanita de los césares (ou de reig en catalán), la más vistosa y fotogénica de todas las setas de la ruta por sus vivos colores. También hay que tener en cuenta que es una variedad muy apreciada para la cocina, ya que su sabor es muy intenso.

    Una vez aquí, toca decidir si se continua por la ruta larga o bien por la ruta corta. Si váis con niños menores de 8 o 9 años os recomendamos optar por seguir la corta. En este caso, tocará regresar a la pista que a partir de ahora sólo tiene desnivel descendente para buscar las dos setas restantes y regresar al punto de inicio, la casa forestal de Castellfollit.

    Las últimas setas del recorrido, que están muy cercanas la una a la otra, son un parasol (apagallums en catalán) y un níscalo (rovelló o pinetell en catalán).

    Hay que tener en cuenta que las setas están pintadas de forma que hay que contemplarlas desde cierta distancia para verlas completas. En cada una de ellas hay un panel informativo sobre sus propiedades y también se indica el punto exacto desde donde se recomienda mirar o sacar la fotografía para ver la seta al completo.

    Aunque ahora no es el momento más oportuno para hacer esta excursión, el frío puede ser intenso en esta época en les Muntanyes de Prades, si el día se levanta soleado no lo descartes. La mayor parte del bosque está compuesta por pinos, así que los colores apenas varían de una estación a otra. Si puedes elegir, te aconsejo, pero, que optes para hacer la ruta en primavera o principios de otoño, cuando las temperaturas no son tan bajas.

    De ruta en familia es un blog de una pequeña familia tarraconense ansiosa por descubrir el mundo. En 2021 recibió el premio al mejor blog de viajes con niños

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