Escolares con autismo: diana del ‘bullying’

«Soy autista y sufrí ‘bullying’ en el colegio durante nueve años. Estoy decepcionado porque, aunque por suerte hace tiempo que ya no sufro este tipo de acoso, es algo que sigue pasando. Tengo amigos que sí están padeciéndolo y habría que hacer algo porque son niños y niñas que sufren de manera injusta y no se hace nada por parte de políticos, centros educativos, profesores y familias de los niños acosadores». El testimonio de este joven autista de Reus, que prefiere mantener su identidad en el anonimato, resume a la perfección el calvario por el que tienen que pasar los escolares autistas y sus familias por culpa del acoso que sufren estos alumnos por parte de sus compañeros».

Sus duras afirmaciones son corroboradas por su madre, quien tampoco quiere dar su nombre: «Desde Primaria, mi hijo estuvo excluido por sus compañeros. Era muy inteligente, pero se reían de él porque era el diferente de la clase. Muchas veces salía con golpes y morados. Además, él no era consciente de que le hacían ‘bullying’ hasta que tuvimos que pedir el cambio de centro. Con 12 años estuvo diagnosticado de depresión y todavía hoy arrastra la secuelas».

El pasado mes de noviembre se presentaban los resultados del Estudio sobre la Situación del Alumnado con TEA en España, en el marco de la 5ª Conferencia sobre Autismo y Educación celebrada en Madrid. Entre la multitud de datos que arroja este trabajo –realizado a partir de las respuestas de 229 alumnos con TEA , 442 familiares y 471 profesionales de centros ordinarios y de educación especial-, encontramos uno muy preocupante: casi un 12% del alumnado con autismo en España ha sufrido, al menos, una situación de acoso escolar, por lo que la probabilidad de sufrir este maltrato se sitúa entre 2 y 4 veces por encima para este grupo en comparación con la población estudiantil general. Además, un 33,5% de los encuestados afirma que no saben si sufren o no acoso escolar.

Mònica Bellido, presidenta de la Associació Supera’t de Persones amb Trastorn de l’Espectre Autista i les seves famílies de Reus, tiene claro que la clave está en «dar a conocer esta discapacidad invisible. Desde la Federació Catalana d’Autisme se puso en marcha una campaña de divulgación y un programa para dar a conocer el ‘bullying’ en alumnos autistas. Es muy importante visibilizar el TEA y cómo se convive con él, a través de programas específicos». Además, desde esta asociación con sede en Reus «estamos dispuestos a trabajar con cualquier centro educativo que nos lo pida para hacer charlas y ofrecer información sobre el TEA», añade Mònica Bellido.

El Estudio sobre la Situación del Alumnado con TEA en España también revela que el alumnado diagnosticado con TEA se ha incrementado en más de un 200% en la última década. En el curso 2020-2021 había más de 60.000 alumnos, la mayoría en educación ordinaria (80%). La presidenta de Supera’t valora positivamente que «en los últimos años se haya avanzado mucho en la detección del TEA», pero lamenta que no haya sucedido lo mismo en «cómo se aborda».

Pero no todos los datos que arroja este estudio son negativos, sino que también hay buenas noticias como que el 70% de los alumnos con TEA se sienten muy satisfechos con sus escuelas. Lo que más les gusta es el recreo, el comedor, sus profesores y sus compañeros y lo que menos, los deberes y tener que estudiar las asignaturas.

Además, el 89% del alumnado piensa que ir al colegio o al instituto les sirve para relacionarse con personas de su edad y el 74% para aprender lo que les gusta. No obstante, todavía siguen existiendo barreras en la accesibilidad de los contenidos académicos: entre el 25 y el 40% de estos estudiantes afirman que no entienden las preguntas de los exámenes.

Escola inclusiva’ poco eficiente

Bellido recuerda que «desde el 2017 en Catalunya tenemos el decreto de Escola Inclusiva, pero no se cumple. Los alumnos con TEA quedan excluidos porque acaban desapareciendo del sistema educativo. Desde el colectivo estamos de acuerdo con la escuela inclusiva, pero ésta debe dar respuesta a las necesidades y no es así».

En este sentido, desde este colectivo piden que tener «una consideración exclusiva, individual, porque no todos los autistas tienen una discapacidad intelectual asociada. Además, no hay un censo en Catalunya y creemos que es necesario para poner medidas y recursos. Las asociaciones estamos desbordadas porque cada vez se detectan más casos».

Respecto a la socialización de estos alumnos, el estudio revela que la mayor parte de la participación de los alumnos con TEA se lleva a cabo en actividades promovidas por el propio centro –como excusiones o fiestas escolares. En estos casos, la participación se sitúa en un 86% y un 77%, respectivamente. La situación cambiar cuando se trata de actividades de ocio que dependen de relaciones sociales significativas, como acudir a cumpleaños o quedar con amigos fuera de clase. Solo un 14% de los alumnos autistas disfrutan de este tipo de ocio.

Mònica Bellido recuerda que «la principal carencia de un TEA es la relación social. La escuela se centra mucho en el tema académico y las entidades tenemos que preocuparnos de los aprendizajes sociales de nuestros hijos. Por ejemplo, en nuestra asociación los sábados hacemos un casal, actividades culturales, proyectos deportivos, etc. También pusimos en marcha el Drac Inclusiu. Cubrimos el espacio que la sociedad no le da a estos niños y jóvenes para que se sientan socialmente activos».