El desarrollo de las habilidades emocionales, con el objetivo de saber gestionar nuestras emociones y llegar a comprender las de los demás, es cada vez más importante para el crecimiento personal e, incluso, para nuestra salud mental. Es por ello que cada vez se da más importancia a trabajar la inteligencia emocional desde pequeños y es aquí donde este tipo de educación ha irrumpido con fuerza en las aulas de colegios e institutos.
Un ejemplo reciente lo podemos encontrar en el Institut Berenguer d’Entença de l’Hospitalet de l’Infant, donde durante este trimestre, alumnos de ESO recibirán clases de educación emocional y comunicación efectiva, a cargo de la educadora y coach emocional, Verónica García. Desde el consistorio de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant lo ha tenido muy claro. «Nuestra voluntad es que estos alumnos, de entre 12 y 16 años, adquieran habilidades que les permitan gestionar mejor sus emociones, comunicarse de manera más efectiva de forma personal e interpersonal y desarrollar una mayor empatía hacia los demás», comenta la concejala de Ensenyament, Yolanda García.
Verónica García explica al Diari que «en la primera sesión les explico cómo funciona el sistema de las emociones, el circuito emocional. Desde que llega el estímulo externo, y se produce una emoción, hasta que reaccionamos a ella. Siempre digo a los alumnos que la emoción no se puede controlar, pero la reacción sí».
Esta educador, además, contextualiza estas emociones en un proceso vital como es la adolescencia, «donde se produce una revolución a nivel fisiológico y la impulsividad les hace hacer o decir cosas que no querían, o lo contrario, no hacerlas o no decirlas. Por eso la clave está en cómo reaccionamos a estas emociones y les enseño a regular el volumen emocional, a que no se dejen llevar por ellas porque si no se convierten en unas marionetas emocionales».
Verónica García trabaja con adolescentes porque es su especialidad, pero explica que «es algo que se puede trabajar desde más pequeños. De hecho, el año que viene quiero empezar a hacerlo desde 5º de Primaria, porque aunque sean niños ya empiezan a experimentar estas emociones que desconocen».
Y es que, según recuerda esta coach emocional, «hay más de 270 emociones y muchas de ellas no las conocemos porque no las hemos experimentado. A partir de los 10 años aparecen algunas como la vergüenza o la frustración, que provocan en los niños un choque con la realidad y les hacer preguntarse qué les está pasando».
Por último, Verónica García valora positivamente que «cada vez más, el mundo educativo trabaje las emociones en las aulas. Los institutos y colegios suelen tener proyectos. En cambio, mi trabajo es más práctico, pero todo suma. Las emociones nos enseñan a protegernos y a relacionarnos».
Desde el Instituto Serca, especializado en formación de postgrado en psicología, educación, logopedia y trabajo social, destacan la importancia de la educación en su página web a través de varios aspectos. Recuerdan que el desarrollo de las habilidades emocionales, con el objetivo de gestionar nuestras emociones y comprender las de los demás, es cada vez más importante para el crecimiento personal e, incluso, para nuestra salud mental.
Por eso, insisten desde Serca, es muy importante trabajar la inteligencia emocional desde pequeños, tanto en el ámbito familiar, como en el escolar a través de la educación emocional.
A continuación se detallan algunos de los aspectos más importantes a tener en cuenta sobre la educación emocional.
¿Qué es la educación emocional?
La educación emocional, según la definición de Rafael Bisquerra, es un proceso educativo, contínuo y permamente, que busca desarrollar las habilidades emocionales para plantar cara a los retos del día a día, con la finalidad de mejorar nuestro bienestar personal.
Algunos de sus objetivos son: reconocer e identificar las propias emociones y las de los demás; aprender a regular nuestras emociones; controlar las emociones negativas y potenciar las positivas; o aprender a gestionar conflictos. Podemos decir que la educación emocional es una vía para lograr competencias que son básicas para la vida y el día a día y que nos ayudarán a lidiar con situaciones de estrés o ansiedad.
La importancia de la educación emocional en el aula
La educación emocional pretende responder a unas necesidades que van más allá de los conocimientos académicos que aprendemos durante nuestra formación. Mientras que ésta está orientada más a un futuro laboral, la educación emocional podemos decir que nos prepara para la vida y el día a día en todos sus ámbitos.
Es por este motivo que es muy importante aprender sobre nuestras emociones y cómo funcionan en el día a día y las aulas son espacios idóneos para ello. Los centros educativos son unos espacios donde más tiempo pasan los niños y niñas. Por eso, es muy importante que los docentes tengan las herramientas necesarias para saber educar a los más pequeños, no solo académicamente, sino también emocionalmente.
Muchas veces se prioriza la educación cognitiva sin tener en cuenta que las emociones nos van a acompañar durante toda la vida y que, un correcto manejo de estas, nos puede ayudar a aportarnos felicidad en un futuro.
Un buen uso de las habilidades emocionales hará que el desarrollo académico del alumno mejore y, con él, la calidad del aprendizaje. Estas habilidades se pueden trabajar a cualquier edad, pero resulta más óptimo adquirirlas desde la infancia, una etapa donde la escuela tiene un gran impacto en el desarrollo de los más pequeños.
5 competencias que trabaja la educación emocional
La educación emocional trabaja las habilidades socioemocionales, algunas tan básicas como el autocontrol (utilizar estrategias positivas ante conflictos o emociones fuertes), el autoconocimiento (saber qué me pasa y expresar esa emoción con palabras), la resiliencia (capacidad para superar situaciones traumáticas), la empatía (entender y respetar las diferencias y saber ponerse en el lugar de los demás) y la toma de decisiones (capacidad de tomar decisiones responsables y asumir consecuencias).
Beneficios de trabajar la educación emocional en el aula
Trabajar la educación emocional en el aula ayuda a que los alumnos estén más motivados en clase, reduce el estrés que puede ocasionar la vida académica, los niños desarrollarán otras habilidades como agudeza, curiosidad, percepción e intuición y podrán saber cuáles son sus puntos fuertes y aceptar sus limitaciones. También aprenderá a trabajar en equipo gracias al desarrollo de la empatía, sabrán identificar la mejor forma de resolver un problema, evitando los conflictos en el aula gracias al desarrollo de las habilidades sociales