La cultura Nomad se extendió a El Catllar en todo su esplendor. A primera de hora de la mañana, en la apertura de puertas, se distinguió un público muy particular. Madres y padres con sus hijos y sus hijas decidieron pasar la jornada entre la naturaleza, las artes escénicas y el poso artesano que propone un festival cada vez más consolidado. El Nomad es hoy un hogar para las familias.
Lógicamente, los espacios destinados para los niños y niñas ocuparon un lugar privilegiado. Escaparates para las típicas trenzas y la decoración de caras se llevaron la palma. También los parques que ofrecieron juegos de mesa y alguna que otra opción para los malabares. Los más mayores lo combinaron con el vermut del sábado, mientras vigilaban que sus hijos e hijas no exhibieran ninguna trastada. El Nomad de primavera permite esto, alargar las actividades de día y potenciar el tiempo del vermut, muy tradicional en la zona y apetecible cuando el verano asoma la cabeza. «Nos ayuda a ampliar el horario y a valorar mucho las actividades familiares», confirma Dani Vicente, uno de los fundadores del certamen.
Durante todo el fin de semana, el Nomad espera la visita de ocho a 10.000 personas, una cifra que indica claramente el auge de la propuesta, que en verano va a repetir oferta con 17 fechas seguidas de programación. El espacio destinado para ello todavía no se ha dado a conocer.
La magia
Los espectáculos de magia siempre se han convertido en uno de los grandes alicientes de la propuesta, sobre todo porque llama la atención del público mayoritario. Alrededor del escenario principal instalado en la Torre d’en Guiu, los niños y niñas pujaban para subir al estrado junto al protagonista, un ilusionista que presumía de atuendo. «Llevo la barba de los domingos y no veas como pica», decía entre las risas de los asistentes.
«Venir al Nomad es ideal porque nos permite salir de la rutina y vivir un fin de semana distinto con nuestro hijo y nuestra hija». Ingrid, la madre de Sofía y Nico, disfrutaba como la que más del show entre el entusiasmo infantil.
El sábado finalizó con buena música y dos tributos a la altura de Bob Marley y Queen, además de toda la oferta, tanto cultural y gastronómica, que el recinto expuso a los y las visitantes. Cerca de 4000 personas se acercaron a la Torre d’en Guiu, un paraje natural que se estrena como miembro Nomad.