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Córdoba parece territorio propicio para el Reus. Por lo menos de antemano. Es un lugar en plena revolución, con guerra interna y un equipo a la deriva, aunque con una nómina de futbolistas interesante. El Córdoba es el colista de Segunda con 13 puntos y esta noche se juega algo más que un simple envite. Si no le gana al Reus su futuro se complicará ya de una forma desmesurada. En las urgencias del rival puede hurgar el equipo de Garai, que viaja en una zona de confort cómoda pero peligrosa. “Esta categoría te penaliza si crees que ya lo has hecho todo”. El aviso del técnico no puede ser más claro.
En la ambición por acabar 2017 con una puntuación más que dulce debe encontrar el Reus el estímulo. 28 puntos, el desafío. Seguir creciendo, en pleno proceso de progreso. No puede abandonar el Reus esa línea. No cuenta con recursos abundantes en la economía para dejarse ir. Su éxito radica en el hambre. Si gana en Córdoba firmará una primera parte del curso notable o más bien excelente.
Ricardo, Querol y Miramón se quedan en casa, el resto se ha puesto en la fila de opciones para el entrenador del Reus, que seguramente modificará su once en alguna pieza con respecto al pasado sábado ante el Granada. Cambiar de sistema o no también le hace cavilar en la previa. “Con la recuperación de Máyor y Fran manejo más opciones”, comentó en la previa. Un Garai que vuelve a su lugar fetiche. “En Córdoba viví mis mejores años como jugador, es un partido especial”.
El vasco aseguró además que “les he comentado a los chicos que no podemos fiarnos de un rival que tiene buenos jugadores. Su plantilla está hecha para estar peleando por los puestos de play off, no para ir colista. Si salimos relajados vamos a cometer un grave error”. Los andaluces ya han cambiado hasta tres veces de entrenador en 19 jornadas y no acaban de salir del pozo. Llegan al partido con 13 puntos y después de perder en Almería. En todo caso, “hicieron un buen partido, no merecieron perder”, recuerda Garai. En su último partido en el Nuevo Arcángel, el Córdoba fue capaz de empatarle al Rayo (2-2).
El ambiente en la ciudad se ha enrarecido después de la mala marcha del equipo, sobre todo en contra de la gestión del Consejo de Administración. Se espera que unos 6.000 espectadores acudan al Nuevo Arcángel, una cifra inferior con respecto a la afluencia de público en los últimos tiempos.
