Crónica: Milagro a medias

Esta vez no hubo magia. El Ibersol CBT no pudo remontar los 12 puntos de margen que se trajo de Madrid y aunque ganó al Zentro Basket (76-75) el resultado fue insuficiente para lograr la permanencia. En realidad sí hubo hechizo. El Serrallo y el esfuerzo intachable del equipo consiguió levantar los 12 puntos. Hasta le llegaron a sacar 23 puntos a los madrileños en el segundo parcial. Pero el tanque de la gasolina se secó y la cabeza no dio para responder cuando el rival reaccionó en el segundo tiempo. Un final cruel para un grupo que siempre ha dado la cara y que se va de vacío, con la rabia de no haber dado a su gente la alegría. Una grada que pese a todo no podía estar más orgullosa de sus chicos.

El CBT salió como un tiro. Con todo lo que tenía y con todo lo que aportaba el Serrallo. No faltaba nadie. Ahí estaban todos. Dispuestos a vaciarse para llevar a sus chicos al éxito. Como tantas otras veces. Con ese ímpetu inicial los de Berni Álvarez se marcaron un parcial de 8-0 brutal. Para creer.  Coronel cargó con los primeros puntos desde el exterior. Dos triples que le daban confianza para afrontar el resto del encuentro. Acabó con 20 puntos el de Cabo Verde al que aún le resonaban las palabras de su compatriota y amigo, Edy Tavares, empujándole a él y al equipo entero a la remontada.

La defensa azulada era terrible para los madrileños. No conseguían anotar ni desde debajo de la canasta. Masticaban clavos cada vez que conseguían ponerla dentro del aro. En el CBT todos participaban de la anotación. Zanca, David Fernández y, por supuesto, Ferran Torres que nada más salir firmó una jugada marca de la casa. Línea de fondo y pa’dentro. Ante la que quizás iba a ser su última actuación en el Serrallo el pívot tarraconense quería el Oscar. No el honorífico, no. El del ‘Mejor Actor’. No valió para la remontada pero fue el mejor valorado del encuentro (16 puntos y 6 rebotes). El técnico madrileño paraba el partido a falta de poco más de un minuto porque se le iba. No le sirvió de nada. La apisonadora cebetista seguía su camino sin compasión. El equipo andaba desatado y cerraba la primera manga con 21-13.

La segunda fue aún mejor. El ritmo tarraconense era tan intenso, en defensa y en ataque, que los jugadores del Zentro andaban desquiciados por la pista. Solo once puntos conseguían los madrileños en el segundo cuarto. Barreiro animaba a los suyos como podía. Es el líder indiscutible del Zentro Basket. El jugador que está en todo y que sostiene al grupo entorno a él. Un carácter típicamente argentino con un talento descomunal para la categoría. Pero en ese momento, ni siquiera él conseguía los puntos que animaran a los suyos.

Tenían que anotar y la defensa del CBT se había impuesto evitarlo a toda costa. Con una agresividad y una concentración excelsa el choque iba embalado hacia las redes tarraconenses. Hasta la canasta más fácil se resistía. Todo lo contrario que en la canasta opuesta. Lo que tenía que entrar entraba y lo que no... pues, también. Cuestiones del ánimo. Y de Ferran Torres. El Tiburón del Serrallo quiso marcarse un parcial de libro. Diez puntos para machacar a un Zentro Basket que veía como su ventaja de 12 puntos se desvanecía (25-13). No había relajación en las filas de Berni que seguían a lo suyo. Incrementando la distancia hasta los 23 puntos (42-19). Un triple final dejó el encuentro al descanso con un +19 que invitaba a soñar con la remontada.

El sueño se hizo trizas en la segunda parte. Desde el primer minuto del tercer periodo, con un parcial de 0-10, la ilusión se fue apagando al ritmo que el equipo encajaba canastas sin poder dar respuesta. El acierto y la fortuna cambió de bando. Ahora los que volaban eran los madrileños que no encontraban resistencia. El desgaste físico del primer tiempo comenzaba a cobrarse la factura. Ni el aliento de la grada servía para impedir lo inevitable, que el Zentro redujera al mínimo la distancia en el marcador.

Se entró al último parcial con 54-43 (+11), aún con la eliminatoria en el parqué. Pero con una dinámica negativa. Con el equipo cansado y sin sensaciones de poder recuperar el oxígeno que habían agotado en los dos primeros cuartos. Otro parcial de 0-10 nada más empezar dejó el choque a un punto de margen. Los madrileños hasta se pusieron por delante, pero el orgullo cebetista, el del equipo y el de la grada, aguantó para, al menos, llevarse el duelo (76-75).