El Club Rugby Tarragona renuncia al nuevo campo al no ser apto para uso deportivo

Denuncia que el terreno de juego situado en el anillo mediterráneo de Campclar fue proyectado como zona ajardinada y que sus equipos no pueden jugar en esas condiciones. Seguirá en el Complex Educatiu a la espera de soluciones

01 agosto 2018 15:32 | Actualizado a 03 agosto 2018 14:26
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El ansiado regreso del Club Rugby Tarragona a Campclar deberá esperar. Cuando todo apuntaba a que el próximo 7 de agosto se trasladaría con todos sus equipos al nuevo campo habilitado en el anillo mediterráneo, los Voltors han decidido paralizar su mudanza debido al mal estado del césped y del campo, y seguirán en el Complex Educatiu (antiga Universitat Laboral), a la espera de encontrar soluciones. Así lo ha acordado la Junta directiva de la entidad y lo ha dado a conocer  su presidente, Andrés Lechuga, en una carta dirigida a todos los socios de la entidad. 

«El mal estado del césped se debe a que no proyectó para uso deportivo; el césped y la arena que han puesto son para jardín según nos han informado los técnicos de arquitectura municipal», explica Lechuga después de una visita efectuada el pasado 25 de julio junto a ellos. Existe además el agravante que «la empresa de mantenimiento sólo mantendrá este espacio como un parterre, no como instalación deportiva».

El Club Rugby Tarragona ya llevaba semanas preocupado por el traslado porque el campo únicamente disponía del terreno de juego y su correspondiente iluminación así como de los palos. «Éramos conscientes de las graves deficiencias de la instalación  (falta de vestuarios, gradas, banquillos, marcador, etc.) y realizamos una ronda de conversaciones con todos los grupos políticos municipales para que conocieran nuestra historia y el estado precario de la instalación y dieran apoyo a nuestras demandas para dotarla de todo lo necesario para utilizarlas», prosigue Lechuga, quien critica que «lo que tenía que ser el campo de rugby municipal situado en la anilla mediterránea y formaba parte del legado de los Juegos, únicamente es una esplanada de hierba en malas condiciones que, además, no es apta para la práctica deportiva. Un enorme parterre que simula un campo de rugby».

Ante tal situación el Club Rugby Tarragona ha solicitado una reunión con el alcalde Josep Fèlix Ballesteros «para que sea conocedor de todo lo que ha pasado, de nuestra precaria situación, de  nuestro malestar, frustración y decepción».

Adelanta Lechuga que «exigiremos que en el presupuesto de 2019 se contemple la partida necesaria para hacer un campo de césped artificial de rugby encima del actual y sea dotado de las instalaciones anexas necesarias».

Seguirán igual
Ante tal situación los Voltors han decidido seguir los entrenamientos y competiciones de sus equipos en el Complexe Educatiu, que se ha convertido en su segunda casa desde que en 2006 el Patronat d’Esports municipal de Tarragona les obligó a marcharse de Campclar para liberar el terreno de juego que ocupaban en favor del primer equipo del Nàstic que pasó a utilizarlo como campo de entrenamiento. 

«Pedimos disculpas por el jaleo que todo esto supone para la organización de las familias. Los horarios, por tanto, y días de entrenamiento volverán a ser los de la pasada temporada», concluye la carta a los socios.

El Club Rugby Tarragona, con 33 años de historia a sus espaldas, mueve a 250 jugadores y jugadores contabilizando a todos sus equipos de competición y cuenta con 300 socios.

El Ajuntament de Tarragona no se ha pronunciado por el momento sobre el tema.

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