Empate a nada (Cornellà 0-0 Nàstic)

Otra jornada más sin ganar fuera de casa que puede pasar factura al futuro de Raül Agné. El Nàstic se queda a cuatro puntos del play-off y del descenso

05 diciembre 2021 20:34 | Actualizado a 05 diciembre 2021 20:47
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No hay más. Este Nàstic fuera de casa da para lo que da. En el Nou Estadi será todo lo fiero que sea, con gol o sin gol, pero lejos de Tarragona es un equipo plano. Gris. Por muchas variantes que tenga. Y quizás no sea una responsabilidad del míster. No solo. Tiene las piezas que tiene. Mejores sobre el papel de lo que se ha visto en el verde. 

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En Cornellà el conjuto tarraconense se adaptó al fútbol pesado que se practica, pero no ofreció nada más. Ni un detalle de calidad. De superioridad. En igualdad de condiciones solo los detalles y el azar pueden decantar los duelos. Dos conceptos que el Nàstic no domina últimamente. El empate no satisface las necesidades del equipo, que se pone tan lejos del play-off con cerca del descenso. Veremos si agota la paciencia del Consejo grana con el técnico Raül Agné. 

Sabiendo los riesgos sobre su futuro que conllevaba la visita a Cornellà, el técnico grana entró con novedades en el once. Caían Jannick y Aythami y el Nàstic aparecía en el Municipal de Cornellà con tres delanteros: Fran Carbia, Edgar Hernández y Pablo Fernández. Más que por la difícil situación el equipo de partida se adaptó al escenario. El Municipal de Cornellà es uno de esos estadios ‘ratoneras’, dicho con todo el respeto, por sus dimensiones y el peculiar terreno de juego. Un césped artificial con fecha de caducidad en la Primera RFEF. La próxima temporada 2022-23 un campo de estas características no deberían poder acoger un partido de la tercera categoría española. Si la Federación Española no cambia sus requerimientos, claro, que todo puede pasar en los despachos de Las Rozas. 

En este marco de segundas jugadas y de acciones a balón parado, Agné echó mano de sus mejores hombres en ambos aspectos. La zurda de Bonilla y la experiencia de Pablo Fernández que se tiró dos años bajando balones de verde. El esquema para encajarlos fue el 4-4-2.

No defraudó el partido en cuanto al tipo de juego que se iba a desarrollar. El Nàstic quiso acudir rápido a esos ataques rápidos, directos en busca de sus ‘9’ de referencia, mientras que el Cornellà, más experto, se aplicó en un fútbol más rápido por los costados. Especialmente por el flanco zurdo. El que compartían Rulo  y Chiki que ya fue un dolor de cabeza para la zaga grana en la derrota del curso pasado. 

La primera ocasión llegó a los tres minutos con un Eloy Gila que remataba desviado el primer saque de esquina del partido. Replicó Pablo con una volea centrada, a los guantes del arquero. 

El partido, como suele ser en estos casos, entró en la fase de minimizar los errores. Un mal rechace, un control largo o una mala colocación pueden convertirse en acciones claras para el rival y los dos equipos se concentraron en evitarlos. No había lindezas. En zona retrasada despeje largo, en zona adelantada centro directo. Circular por el suelo causaba pavor. Especialmente en un Nàstic que no planteaba más recursos más que alguna salida aislada e individual. Como la que generó  Joan Oriol. El lateral aprovechó el carril para poner un centro raso que se paseó por el área chica sin que ningun rematador grana pudiera empujarla a la red.

La acción activó al Nàstic que volvió a repetir por la izquierda, pero el defensa tapó el remate de Edgar. Del saque de esquina nació la oportunidad más clara de la primera parte para los visitantes. Centró Bonilla al palo largo para que Trilles volviera a meter el cuero al corazón del área y Trilles, solo cabeceara por encima del travesaño. 

El plan del doble delantero de referencia se fue al traste con la lesión de Edgar Hernández. Un golpe durísimo de Mancuso, que ya lo había buscado con anterioridad, acabó con el atacante de Gavà dolorido y fuera del partido. Su lugar lo ocupó Robert Simón que reconfiguró el posicionamiento de Carbia. El tarraconense se centró para ponerse junto a Pablo. Pero fue Fullana en una aparición inesperada desde segunda línea el que pudo romper la igualada. Remató el centro de Simon con poca fe y le salió flojo y desviado.

Tras el descanso le tocó a Manu García ponerse el mono de trabajo para impedir el gol local. Primero despejando un tiro cruzado de Gonpi y después en un mano a mano ante Chiki que resolvió con el pie. 

En ese cuentagotas de ocasiones, fruto de la ausencia total de control, el Nàstic también tuvo la suya. Pablo logró encontrarse de cara con el esférico en el área pero su golpeó deficiente se fue alto. Entró Pedro del Campo y el Nàstic se hizo más fuerte en la medular. Ganaba las caídas y empujaba con más decisión.

Suficiente para pisar área pero sin definir. Lo habitual últimamente. Los centros no cogían la parábola adecuada y lo disparos tampoco se dirigían entre los tres palos. Para ganar en Cornellà hace falta pegada. En todos los campos, pero aquí más.

Una falta de gol que puede ser la condena definitiva de Agné en su etapa en Tarragona.

 

FICHA TÉCNICA

CORNELLÀ (0). Lucas Anacker, Rulo Prieto, Mancuso, Eloy Gila, Dorca (Andreu, 81’), Chiki, Zalaya, Borja García, Unai Albizua, Gonpi (Sascha, 75’) y Pipo.

Nàstic (0). Manu García, Albarrán, Quintanilla, Trilles, Joan Oriol, Ribelles, Fullana (Del Campo, 57’), Bonilla (Karim, 83’), Fran Carbia, Pablo Fernández y Edgar Hernández (R. Simon, 39’).

Árbitro. Gorka Etayo (c. vasco). Amonestó a Dorca, Mancuso, de los locales y  Manu García, de los visitantes.

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