Frío empate (Nàstic 0 - 0 L'Hospitalet)

El Nàstic no pudo aprovechar el tropiezo de sus rivales directos para sacar ventaja y ve frenada su racha de victorias consecutivas por L'Hospitalet que tejió una red defensiva donde cayeron los jugadores granas, muy imprecisos

19 mayo 2017 23:42 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:28
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Kiko Ramírez, entrenador de L’Hospitalet, tenía bien estudiado al Nàstic. Dio muestras de un conocimiento perfecto de las virtudes del equipo de Vicente Moreno y de cómo desmantelarlas. Para el técnico tarraconense era su primera visita al Nou Estadi como rival y lo había preparado a cosnciencia para que todo saliera bien. Y cosechar un empate era lo mejor que podía esperar en casa del líder.

El entrenador del Hospi planteó el duelo con esa perspectiva. Tejió una maraña defensiva sobre el tapete del Nou Estadi con el mero objetivo de sumar un punto que le supo a gloria.

Contribuyó también a que el orden visitante no encontró respuesta en las filas locales. Los granas se enredaron en la telaraña defensiva del contrario sin la lucidez y la precisión necesaria para salir de ella. Ofrecieron un futbol pesado y espeso. Incapaz de hacer correr el balón e imponer un ritmo más adaptado a sus intereses, el equipo de Vicente Moreno se encontró, en su propio estadio, enfrascado en un juego más típico de campos pequeños y de césped artificial que en la amplitud del Nou Estadi.

 

Encuentro gélido

El empate rebajó un ambiente que volvía a dar muestras de excesiva euforia después de la dinámica de cinco victorias consecutivas y los tropiezos de los rivales directos. Un buen número de los 4.312 espectadores se veían ya abriendo una brecha de cinco puntos con el segundo clasificado, el Huracán Valencia. La temperatura gélida, la escasez de ocasiones, el ritmo cansino del encuentro y el empate hizo que la afición grana enfriara sus expectativas inmediatas.

Hubo detalles desde el inicio que dieron muestras de las dificultades que encontraron los jugadores tarraconenses sobre el céped. Manolo Martínez, que siempre juega por detrás de Rocha, se encontró en muchas ocasiones por delante del centrocampista cacereño y con limitadas opciones para entregar el balón. Rayco sufría para recibir con algo de espacio. Tampoco Luismi estuvo cómodo en el campo y a Marcos De la Espada le salió todo al revés.

La nota positiva volvió a ser el alto nivel defensivo de la zaga. El Hospitalet exigió bien poco. Un par de jugadas a balón parado y algún arrebato de contragolpe fueron las únicas notas destacadas del conjunto barcelonés en ataque. Entre sus peligros, sobresalía el escurridizo David Haro, uno de los cuatro exgranas que jugaron ayer (junto con Bueno, Aleix Coch y Javi Martínez) y al que la defensa grana maniató con solvencia.

El preparador grana dio la alternativa en la titularidad a Xisco Muñoz. El delantero balear salio de inicio con potencia. Dando pequeños detalles de lo que puede ofrecer una vez coja el ritmo de competición. Puso intensidad aunque se fue diluyendo con el paso de los minutos.

El partido sirvió para volver a ver a Marc Martínez. Después de meses encadenando lesiones, el futbolista de Navarcles disfrutó de los minutos finales del partido. Un regreso esperado. Sobre todo por el técnico valenciano, que puede recuperar la versión creativa de la medular con dos jugadores de talante ofensivo, como hizo el curso pasado con David Sánchez y Rocha.

Fue el extremeño quien hizo el primer disparo a puerta del partido. Un tiro lejano que Craviotto despejó con los puños. Rubén Alcaraz dispuso de una buena falta, en la frontal del área, pero estrelló el cuero en la barrera. Fueron las dos únicas ocasiones en toda la primera mitad.

En la segunda parte, Vicente Moreno dio entrada a Lago Júnior y Jean Luc para tratar de abrir más el campo. Los dos marfileños estuvieron algo más activos. Lograron sortear a rivales pero no acertaron en la finalización. La jugada más clara la protagonizó Jean Luc, que después de dejar atrás a dos defensores buscó portería con un centro-chut que se paseó por el área pequeña.

Otra vez Rocha, con un disparo de falta, estuvo cerca de inaugurar el marcador. Le dio al cuero una parábola idónea para superar la barrera pero Craviotto se estiró para evitar el tanto. Marcos también tuvo la suya. El delantero balear remató a bocajarro pero no ejecutó bien el golpeo con la cabeza y el balón salió hacía atrás.

No era el resultado esperado. En casa, el Nàstic siempre quiere ganar. Pero, cuando la victoria se resiste lo mejor es no perder. Sobre todo, si la jornada ya es propicia de por sí. Pese a su empate los granas mantienen la ventaja de tres puntos. Que a día de hoy no son cualquier cosa.

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