Javi Jiménez, hambre de éxito

El lateral jienense ha sido la nota positiva del inicio de liga del Nàstic. Lo ha jugado todo, siendo el mejor en todos los partidos

13 septiembre 2017 15:02 | Actualizado a 15 septiembre 2017 14:31
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Corre por la banda izquierda devorando kilómetros con un motor cargado de CV. Javi Jiménez (Quesada, Jaén, 11/01/1996) ha despuntado en sus primeros encuentros con la elástica grana. 

En medio del pesimismo, del desorden y la fragilidad expuesta por el equipo tarraconense en este inicio de competición, Javi Jiménez se ha distinguido como uno de los fichajes más acertados del verano. El jienense ha sido el mejor del equipo exhibiendo unas enormes ganas de asentarse en la categoría.

Jiménez lo ha jugado todo. 360 minutos en Liga y 120 en Copa del Rey. 480 en total con una fiabilidad que le garantizan seguir siendo el dueño del lateral izquierdo del Nàstic. Sus aportaciones han sido fundamentales en lo poco que el Nàstic ha hecho en ataque y lo escasamente salvable de la línea defensiva. 

480 Minutos
Javi Jiménez ha jugado todos los minutos en los cinco partidos oficiales que ha disputado el Nàstic (4 Liga y 1 Copa)


Suya fue la asistencia a Manu Barreiro en el gol grana ante el Lugo, en Copa del Rey. Uno de los dos tantos logrados en los cinco encuentros oficiales disputados. Javi Jiménez hizo palpable su enorme capacidad para cabalgar toda la banda izquierda y presentarse como una opción de asociación en zona de ataque. Combinó con el delantero gallego para servirle un centro medido que Barreiro remató para reventar la red.

Potencia pura
El lateral andaluz es un portento físico. No lo parece con su 171 cm, pero la fisionomía de su tren inferior le otorga una fuerza impactante. Combinada con una técnica exquisita en el regate y el engaño, invita a pensar en uno de esos jugadores que consumirán la Segunda división de un trago. 

Defensivamente ha estado algo más impreciso. Su exceso de intensidad le ha jugado alguna mala pasada posicional, aunque su extraordinaria velocidad le han permitido reparar los defectos que pudiera ocasionar en el equipo. Hasta tuvo una intervención divina contra el Lugo, evitando el tanto de los gallegos que hubiera eliminado al Nàstic antes de llegar a los penaltis. Una tanda en la que también fue protagonista. Falló el último penalti. El que dio al Lugo el pase. Javi Jiménez exhibió en ese lanzamiento esos vicios que vienen parejos a la sobreexcitación. Dibujó en su cabeza centenares de lanzamientos. A la hora de disparar se le agolparon todos como en un cuello de botella y el tiro fue inocente. Una única mácula en un curriculum grana, por ahora, brillante a nivel individual.

Las perspectivas de Javi Jiménez a su llegada a Tarragona eran complicadas. Tenía que competir con Abraham Minero, un veterano en la categoría y experto en adueñarse de la demarcación de lateral zurdo. En la pretemporada se veía una competencia chula por un puesto que quedaba huérfano con la marcha de Mossa, propietario del ‘3’ grana en los últimos tres años. 

El jienense se ha ventilado los dos retos con una humildad y un trabajo en el campo reseñables. La lesión de Abraham le quitó competencia pero había que aprovechar esa circunstancia para demostrar estar capacitado para suplir al lateral de El Puig.

Ya apuntaba maneras en Villarreal y en Málaga, canteras que han trabajado el material que ofrece Javi Jiménez. Ni groguets ni malagueños le vieron proyección como para darle una oportunidad en sus primeros equipos. 

Su etapa en el Atlético Malagueño finalizó en junio. Cuando al equipo se le escapó el ascenso a Segunda B en la prórroga frente al Unión Adarve. Jiménez esperaba una oportunidad del primer equipo, pero Míchel no contaba con él. Los informes que manejaba el Nàstic aconsejaban firmar a un jugador que llegó a disputar tres partidos con la selección española Sub-17 y que en cinco partidos ha demostrado ser un acierto.

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