Lección de categoría para el Nàstic (Nàstic 2-2 Espanyol B)

Los granas consiguieron empatar gracias a un tanto de Joel Lasso

26 septiembre 2020 18:59 | Actualizado a 27 septiembre 2020 16:26
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Por si se le había olvidado, el Nàstic volvió a comprobar que la Segunda B es una categoría que castiga las desconexiones con una firmeza absoluta. Enfrente tuvo a un Espanyol B al que se medirá en la primera fase y que hizo del partido de pretemporada un auténtico simulacro. No fue un choque oficial, pero hubo fases en lo que lo parecía por el ritmo imprimido por ambos equipos.

El conjunto grana completó una primera mitad brillante que empañó con un segundo tiempo en el que aparecieron las primeras dudas de la pretemporada. Los cambios no le sentaron bien a un conjunto grana que cada vez tiene más definido su once inicial y eso que todavía restan tres semanas para el inicio de la competición. Finalmente se llevó un empate que hizo honor a las dos versiones exhibidas por el conjunto tarraconense en el Nou Estaddi.

El rival provocó que Toni Seligrat apostara por una alineación que bien podría ser la de la primera jornada frente al Barça B en el Johan Cruyff. Quizás, solo chirriaba la baja de Gerard Oliva, ausente por unos problemas gastrointestinales que ya le dejaron fuera frente al Levante B. Por lo demás, el equipo presentó un rostro reconocible.

Si el técnico valenciano quería comprobar el rendimiento de un once tipo frente a un rival de su categoría, grupo y subgrupo, pudo hacerlo. Un esquema inicial en el que compareció Francesc Fullana solo un día después de ser anunciado. Las conclusiones que sacó fueron positivas porque se vio a un Nàstic competitivo, adulto y que bien podría ser el del mes de febrero de competición. Hubo fases de la primera mitad en las que el conjunto grana arrolló por intensidad a un filial perico que comprobó cómo se desenvuelve el equipo tarraconense sin balón. Un conjunto agresivo y que no da puntada sin hilo. Todo movimiento sin balón está estudiado y el rival sufre y sufre para encontrar una grieta.

Todo apunta a que los granas se van a convertir en un equipo especialista en transformar las posesiones del rival en trámites estériles. Dispondrán del balón, sí, pero con una inacción que les acabará pasando factura porque cuando se den cuenta y miren al marcador, probablemente ya estén por debajo o como mínimo no estarán por encima.

Así sucedió ayer en el Nou Estadi. Javi Bonilla estuvo pillo al sacar rápido una falta y ver el vuelo de Albarrán por el carril diestro. El lateral conectó un centro raso y potente que Román despejó y coló en propia puerta cuando intentaba evitar el remate de un Brugui que ya relamía en busca de su tercera diana de la pretemporada. 1-0, el Nàstic todavía se hacía más fuerte.

Con la ventaja en el casillero, se vieron los mejores momentos de la pretemporada con balón. El conjunto grana exhibió automatismos y capacidad para obligar al rival a permanecer replegado en campo contrario. No obtuvo el premio merecido, aunque sí que marcó en un córner de Bonilla que Albarrán embocó en la meta de gol tras un rechace. Estaba en fuera de juego o así lo interpretó el linier que anuló el que hubiese supuesto el 2-0 en el marcador.

En la segunda mitad, el Nàstic modificó su espíritu y su esencia de manera paulatina. Cuantas más caras nuevas entraban en el campo, peor se sentía el conjunto grana. El Espanyol B no tardó en castigar la bajada de tensión que sufrieron los de Toni Seligrat. Era el minuto 47 cuando Jutlga conectó un disparo desde la frontal que tras dar un peligroso bote superó a Gonzi.  

El gol desestabilizó al equipo. No le sentó nada bien y lo sumergió en un estado de dudas visible. De repente, el conjunto perico encontraba huecos y el Nàstic llegaba algo tarde a la presión, lo suficiente como para descoserse en varias ocasiones. Sin embargo, el segundo gol rival llegó en una falta sacada rápidamente por Bonilla en campo contrario que buscaba la amarilla del contrario y que encontró un severo castigo. El Espanyol B montó una rápido contra que terminó con un pase al espacio en el que Jutgla tiró de zancada para superar a Trilles y posteriormente a Gonzi con un disparo seco.

Ya por debajo en el marcador, el Nàstic tampoco se sintió cómodo, pero encontró el gol antes de reencontrarse con el juego. Bonilla volvió a sacar el catalejo para meter un pase en profundidad a un Joel Lasso que definía a las mil maravillas con un disparo cruzado que superaba al meta rival. Capítulo aparte lo del canterano, Lasso lleva dos goles esta pretemporada y está exhibiendo una madurez en su juego que le convierten cuanto menos en una alternativa a remover los partidos desde el banquillo. De momento eso, pero nada se puede descartar si sigue progresando de esta manera.

“Esto lo vamos a remontar desde la tranquilidad”, gritaba Wilfred. Casi estuvo en lo cierto el portero de Los Palacios porque el Nàstic apretó para conseguir la victoria, pero sin premio. Pol Ballesteros tuvo la más clara con un disparo desde la frontal que repelió el portero del Espanyol B.

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