Santi Coch: 'Vicente Moreno dejó un legado que se ha perdido'

FÚTBOL. El jugador con más partidos con la camiseta grana fue despedido después de 33 años en la entidad

04 julio 2019 09:34 | Actualizado a 05 julio 2019 13:28
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¿Cómo estás después de dejar el Nàstic tras tantos años?
Después de una semana, un poco más tranquilo. Que te digan que no cuentan contigo para el próximo proyecto es un golpe duro. Sobre todo para alguien que llevaba 33 años. Te lo tomas con resignación y esperando a ver si llega otro proyecto en el mundo del fútbol.

¿Te lo esperabas?
Bueno, vas observando y las sensaciones me decían que podía pasar. Me sorprendió que Sergi Parés, que resulta que lleva trabajando desde el mes de febrero, una persona a la que conoces, con la que has compartido horas de viaje, porque tanto a él como a Lluís Fàbregas les iba a buscar a Valls cuando empezaban en el equipo y les llevaba a Tarragona a entrenar, no me preguntara nada sobre cómo veía la situación. Respeto la decisión, pero yo si voy a un club y conozco a alguien le preguntaría su opinión del qué ha pasado. Después ya tomaría decisiones. Pero es respetable.

¿Si te lo hubiera preguntado, qué le hubieses dicho sobre lo que ha pasado?
Que en los proyectos el director deportivo tiene que ir de la mano del entrenador. Si no, no funcionan. La primera época de Emilio Viqueira comenzó mal. Había tres candidatos: Castillejo, Moreno y Martin Posse. Vicente era la apuesta de la dirección deportiva pero la comisión deportiva eligió a Castillejo. Duró lo que duró. Fue cuando llegó Vicente de la mano de Emilio que el proyecto funcionó.

Hasta que dejó de funcionar.
Cuando a Vicente le dicen que tiene que prescindir del preparador físico, Raúl López. No estaba de acuerdo en hacerle pagar las culpas de la situación a una persona con la que el equipo había hecho dos play-off de Segunda y uno a Primera. Le pareció ilícito y tomó la decisión de marcharse.

Y entonces todo se descalabra
Porque luego empezaron a llegar los parches. Entrenadores que llegaban a mitad de temporada que no tenían continuidad. Además se desvistió al equipo. En Segunda B la figura del director deportivo y de Promoesport fue importante a la hora de contratar y liquidar la deuda pero lógicamente tenían un interés empresarial. No le interesaba que Xisco Campos, De la Espada y estos jugadores, el núcleo fuerte y la esencia del equipo siguieran porque querían sacar rendimiento con traspasos. Se perdió el norte. El tema monetario copó todo el interés y se descuidó la parte deportiva.

Después de Moreno llegaron Merino, Nano Rivas, Carreras, Rodri, Nano Rivas otra vez, Gordillo y Enrique Martín.
Gordillo y Nano Rivas estaban al nivel de Vicente Moreno cuando llegó a Tarragona. Lo que pasa que no se les dejó trabajar como debía.

¿Enrique Martín es el que ha tenido más tiempo pero peor resultado?
Se apostó por un técnico que había subido a Primera con el Osasuna y salvado al Albacete con un sistema de cinco centrales. Quiso implantar ese sistema pero no tenía los jugadores. El error fue en invierno no construir un equipo que jugara a lo que quería Enrique. Cuando el presidente dice que se ha gastado un millón y medio de euros para reforzar al equipo en diciembre me pregunto si no se ha sido capaz de con ese dineral traer a un jugador del perfil que quería el entrenador y tener que buscarlo en el mercado extranjero, que es una ruleta rusa.

En invierno Arnal Llibert ya no tenía poderes. ¿Ha sido un cabeza de turco?
Arnal Llibert es un excelente profesional. De los mejores que ha pasado por el club en conocimiento de categorías del fútbol. Pero claro, llega el 15 de junio y tiene el equipo hipotecado. La columna vertebral, la que ha dejado Promoesport, no había funcionado en los dos últimos años y ya se habían cerrado incorporaciones que él no hubiera cerrado. Intentó buscar cedidos, aunque representara jugadores con lesiones recientes.

¿Vaya que tuvo las manos atadas?
Hay mucha injerencia. La parte deportiva tiene que llevarla alguien que entienda. El presupuesto de la plantilla tiene que ser gestionado por el director deportivo, que él hará un repartimiento equitativo. El Nàstic estaba en el fútbol profesional pero hay cargos en el club que no lo son. O por ejemplo, no tiene un campo para entrenar. Es algo básico. Te vas de stage, sí, pero al jugador no le gusta, lo quiere es estar en casa. Luego si encima estás fuera y por la tarde no tienes fisioterapeuta para recuperar a los jugadores. El futbolista pierde confianza en el cuerpo técnico y médico y se busca la vida fuera produciéndose un choque entre el interés del equipo, que el jugador llegue al domingo, y el del médico de fuera que solo le interesa la recuperación completa. El jugador necesita atención profesional las 24 horas.

¿Te sientes decepcionado?
Sí. Prescinden de mí, pero creo que Parés desconoce el trabajo que hacía dentro del cuerpo técnico. Tampoco Lluís Fàbregas tiene ni idea. Luego te puedo gustar más o menos pero es una función que introdujo Vicente Moreno, un entrenador de Primera División.

Vicente Moreno la ‘creó’ en Segunda B.
Las circunstancias eran diferentes. No trabajaba directamente para el club, sino que lo hacía por las tardes con Vicente Moreno. Me decía lo que quería y yo me las apañaba el fin de semana para conseguir esa información. Algo complicado porque en Segunda B no se graban todos los partidos. Sacaba lo que me pedía y él lo utilizaba. Es un trabajo necesario en el mundo del fútbol actual. El entrenador de media jornada y no aproveche las nuevas tecnologías no tiene recorrido. 

¿Qué es para ti un ‘hombre de la casa’?
Una persona que pone el club para estar a disposición del entrenador e intentar explicarle qué es el Nàstic. Y también participar en las decisiones. Solo me han pedido opinión una vez, con Lluís Carreras. La gente de casa no participa en nada. Ellos entienden que tienes que comentar todo lo que pasa en la plantilla o el cuerpo técnico y eso no lo haré. Para eso está el director deportivo. No puedo saltarme escalas.

¿Con qué te quedas de esta etapa?
El Barça tiene a Cruyff y Guardiola, el Nàstic tiene a Vicente Moreno. Enseñó la forma en la que tiene que trabajar un cuerpo técnico profesional.

¿Ha quedado algo de ese legado?
No. Se ha perdido. Los únicos que lo intentaron fueron Gordillo y Nano Rivas.

¿Volverías?
Es complicado. El entrenador tiene que rodearse de gente que le conozca y comparta la forma de pensar. Yo no entro en este círculo. Y si se produce el ascenso, que ojalá sea este año, entendería que el año que viene no entrase en el proyecto porque si algo funciona mejor no tocarlo.

...
Pero yo soy del Nàstic. No he estado en ningún otro sitio. No me hace falta dar besos al escudo. Siempre me he vaciado por el club y he intentado dar lo mejor de mí. Me hubiera gustado acabar la etapa en el club.

¿Eres ADN Nàstic?
Eso queda bonito, pero aquí ha pasado mucha gente con ADN y ha durado un telediario. Hay que ser profesional, por delante del ADN.

¿Cuáles han sido los momentos más duros?

Sin lugar a dudas, la muerte de Grau. Era un 10 como persona y en dedicación al club. Luego otro momento triste, que la gente se tomó a risa, fue el debut de un jugador chino que no se merecía ponerse esta camiseta. Lo puedo entender pero para alguien que ha sudado para llevar esta camiseta le restó valor. Y luego el 12 de junio cuando el presidente y el director general me dicen que soy prescindible y me vaya para mi casa.

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