- ¿Ya se ha adaptado al equipo y a la ciudad?
- Sí. Los primeros días son un poco más duros, porque hay mucho físico, lo normal en pretemporada. Pero muy contento con el recibimiento del equipo.
- Partía con ventaja, ya conocía a Tomeu y Pablo Marí de su etapa en el Mallorca.
- Da gusto, porque tienes a alguien conocido que te explica un poco cómo va el equipo y te enseña la ciudad. Facilita la adaptación.
- Los tres fueron parte de un Mallorca B que contaba con Ariday y Pina, pero que descendió a Tercera.
- Fue un año en el que muchos jugadores del filial entrenábamos con el primer equipo y luego jugábamos con el ‘B’. Estaba descompensado. No fue fácil.
- También estaba Aleix Vidal, fichaje del Barça este verano.
- Ya se veía que era un jugador con muchísima calidad, muy rápido, un portento físico, pero en Mallorca no le dieron la oportunidad. Salió y le ha ido bien.
- Su fichaje por el Nàstic se hizo esperar. ¿Se puso nervioso en algún momento?
- No, estaba tranquilo porque la gente que lo llevaba me decía que iba bien. Faltaban los pequeños detalles entre clubes, pero sabía que no tendría problemas.
- En su presentación dijo que espera volver a ser el jugador que fui. ¿Cuándo vio que no lo era?
- Siempre he sido el mismo pero he perdido la continuidad y eso te hace no sentirte jugador al cien por cien. Busco la regularidad y volver a sentirme importante.
- ¿Qué significa para usted Michael Laudrup?
- El mejor entrenador que he tenido. Un referente. Ya lo era cuando era futbolista y como entrenador es muy importante en mi carrera. Me dio la oportunidad de debutar y ha sido el técnico que más confianza me ha dado y con el que más a gusto me he sentido jugando.
- Le hizo debutar en Copa ante el Sporting y una semana más tarde en Primera. ¿Una irrupción prometedora?
- Desde el primer momento habló conmigo y me dijo que si estaba bien iba a jugar y eso me hizo estar seguro en mis cualidades y tranquilo. Ha sido donde mejor he estado.
- En el 2012-13 vuelves a casa, al Espanyol. ¿Qué le faltó para consolidarse?
- Empecé muy bien en pretemporada y Liga y contaba para el míster. De repente, las cosas se torcieron. El técnico se marchó y dejé de jugar. El entrenador que vino buscaba un perfil de jugador diferente a mí y nunca nos entendimos. Tuve que buscar una salida.
-Una salida que encontró en Vitoria en el Alavés.
- La gente me acogió espectacular y volví a sentirme importante. Además, logramos la permanencia, que es lo que se buscaba, y acabé jugando todos los partidos, por eso regresé al año siguiente.
- ¿Cómo fue esa segunda parte?
- Empecé jugando hasta que unos problemas con las lesiones me dejaron fuera, el míster perdió un poco la confianza en mí y todo salió al revés. Pero me llevo un enorme recuerdo del Alavés.
- ¿Qué le ofrece el Nàstic para su carrera?
- Volver a sentirme jugador de verdad, quiero ayudar a mis compañeros. Aprovechar que puedo estar cerca de mi familia que siempre es positivo y tratar de hacerlo lo mejor posible.
- Déjeme que le pregunte por su estancia en el Chelsea.
- Fue una experiencia peculiar. Todo diferente. Apenas sabía inglés. Fue complicado los primeros meses, pero aprendí mucho con jugadores de talla mundial.
- ¿Y con Mourinho?
- Todo el mundo me lo pregunta (ríe). La verdad que muy bien. No sabía inglés y se dirigía a mí en español. Me preguntaba cómo estaba todos los días. Es un técnico muy cercano con los jugadores. Tengo buenas palabras.