Toni Seligrat: 'Los problemas del Nàstic se arreglan ganando'

El entrenador, que debutó en el banquillo del Nou Estadi con victoria, comparte un mismo objetivo con el Nàstic: alcanzar el fútbol profesional

28 noviembre 2019 13:30 | Actualizado a 29 noviembre 2019 17:21
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Toni Seligrat (Torrent, 51 años) llega al banquillo del Nàstic para reconducir la situación del equipo. Para ganar, como señaló en su presentación. Con una metodología muy clara: defender bien para atacar mejor. Porque esto es Segunda B.

¿Debutar con victoria (2-0 ante el Ejea) es la mejor manera de iniciar un proyecto?

Es importantísimo. Todo el trabajo semanal se refuerza ganando el domingo. Hacía tiempo que no se ganaba y en casa tenemos que dar alegrías a la afición, que no ha tenido muchas.

Se puso el martes a los mandos del equipo y el domingo debutaba. ¿Hay tiempo suficiente para poder transmitir una idea?

Hicimos cinco sesiones y apenas tienes tiempo. Tienes que seleccionar el mensaje. No tienes una pretemporada para introducir las cosas poco a poco. Tienes que saber escoger los contenidos más importantes a dar de cara al partido en función del tiempo que tienes. Porque tienes que ganar. Algunas de las cosas que transmitimos los primeros días se plasmó en el campo y a mí eso me pone contento.

¿Se ha encontrado un equipo tocado anímicamente?

Es una de las partes que hay que mejorar mucho. En cualquier grupo humano que tiene que trabajar en equipo para lograr un objetivo, como el fútbol, si está decaído se refleja en el juego. Si encima no ganas, tu entorno también cae en ese estado anímico y es lo primero que debemos cambiar.

¿Ha notado ese ambiente negativo que se respira desde hace ya varios años?

Lo que veo es que a nivel general la gente está decepcionada. Como si esperasen mucho de los demás y de uno mismo. Que todo el esfuerzo, incluso dinero, y la ilusión no solo no me llevan a ganar, sino que pierdo. Si eso se arrastra de años atrás imagínate el grado de decepción. En el fútbol todo está relacionado con los resultados. El club lleva un tiempo con malos resultados. Sufriendo mucho en Segunda, descendiendo y sufriendo también en Segunda B. Hay que cambiar los resultados. Porque la ilusión, el esfuerzo, el dinero, todo eso está.

¿Ha confirmado que los problemas del equipo son los que veía desde fuera?

No creo que el problema se concentre en uno, dos o tres aspectos sino en la suma de todos ellos. Puede haber unos más importantes que otros. También es verdad que me he encontrado con cosas a nivel interno que no van bien y no se ven desde fuera.

¿Son todos reconducibles?

Todos. Absolutamente. De una forma: ganando. Sucede por norma general en el fútbol, pero especialmente aquí.

¿Le molesta que le cataloguen como un entrenador defensivo?

En general, no solo hacía mí, no me gusta nada que el hecho de ser ordenado, trabajador, defender bien y hacer goles a balón parado se negativice. Como si fuera malo. El fútbol se divide en tres fases de juego: ataque, defensa y la pelota parada. Parece que solo se hacen bien las cosas si atacas bien. El ataque es la fase que más influye el talento del futbolista. Cualquier entrenador sería incapaz de que el Barça o el Manchester City no jugasen bien en ataque. Es casi imposible con todo ese talento Pero esto es Segunda B. Aquí no abunda el talento ofensivo. Los campos no son buenos. La pelota no es como la de Primera División. Todo lo que hace referencia a la calidad es bajito. Por eso es la tercera categoría. Si para mejorar en mi profesión me tengo que centrar en el ataque estoy liquidado.

Esta diferenciación se ha acentuado mucho a nivel general en los últimos tiempos.

Hace años que está establecida esta separación. Al menos en este país. Por algún motivo se relaciona hacer las cosas bien con atacar bien. Pero eso cambia cuando no ganas. Ese es el tema. Lo que sí creo es que para tener una fase ofensiva de calidad tienes que defender bien. Pero no lo digo yo. Lo dice Phil Jackson o Pesic en el básquet, Valero Rivera del balonmano. Estos tres entrenadores, modelos para mí, dicen que «el ataque gana partidos y la defensa campeonato». En eso estamos. Éramos el equipo que más goles encajaba en casa. Ahí tenemos que mejorar ya. A partir de ahí lo mejorará todo. Yo particularmente lo que más trabajo es el ataque.

¿Es la línea de la defensa la que más trabajo necesita?

Si quiero tener un equipo fuerte defensivamente me lo marca el trabajo de los puntas. Si los delanteros trabajan en defensa sin balón el equipo es fuerte atrás. Y al revés. Si los defensores tienen una buen salida de balón el ataque tendrá calidad. Tenemos las dos cosas aquí.

¿Le gusta la plantilla?

La plantilla, el club, la afición, la ciudad, el campo, todo lo que me he encontrado... para Segunda B. Todo depende de con qué lo compares. El Nàstic es un club TOP en Segunda B.

¿Mira de reojo el mercado de invierno?

Lo miramos. Hay una buena secretaría técnica. Es top, como todo. Su tarea es no dejar de mirar el mercado para reforzar el equipo y eso es lo que hacen.

Tiene un gran conocimiento de la Segunda B, especialmente del grupo 3. ¿Qué particularidades tiene el grupo 3?

La diferencia más grande es que en este grupo los equipos de la zona baja tienen más nivel. Hay muchos campos de césped artificial y eso lo iguala todo. La diferencia de talento, de categoría, no se ve. Este domingo vamos al Prat y será difícil ganar. Las diferencias serán mínimas.

¿En qué momento se lanza a los banquillos profesionalmente?

Desde pequeño quise ser futbolista profesional. Pero el talento no me dio para llegar. Me quedé en Tercera jugando sobre todo en equipos de la Franja de Ponent. Compagino muchos años con dar clases en el instituto. Hasta que cuando cuelgo las botas recupero mi intención de ser profesional, pero como entrenador. Me dí 5-6 años para ver si llegaba. Llevo 15 y espero llegar.

El camino más fácil pasa por subir con un equipo más que esperar la llamada de Segunda División.

Un entrenador de mi perfil, sin el nombre de haber sido exjugador de fútbol profesional es el único camino. SIempre hay excepciones. Pero miro lo que pasa en este país y veo que los entrenadores de Primera y Segunda o son exfutbolistas de divisiones profesionales o han subido con equipos de Segunda B. Uno de los motivos que me han traído aquí es que comparto con el Nàstic la voluntad de llegar al fútbol profesional.

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