Una batalla estratégica sobre el hielo

Carles Casanova y Marc Saez son los dos representantes de la provincia en el mundo del curling, una disciplina poco practicada en nuestra sociedad que crece a pasos pequeños

19 mayo 2017 15:57 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:16
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Hielo, piedras, escobas. En nuestra cultura mediterránea a pocos se nos pasan por la cabeza pensar en un deporte con estos elementos. En países más fríos, el curling es una de las modalidades estrella y de las más esperadas en los Juegos Olímpicos de Invierno, en la que suelen destacar los países nórdicos.

Aunque aquí tenemos un clima más agradable, también existe una afición pequeña pero ‘in crescendo’ al curling. Carles Casanova, de Vila-seca, y Marc Saez, de Sant Pere i Sant Pau, son los representantes de la provincia en esta disciplina.

Carles Casanova juega en el Barcelona Curling Club desde 2007. Se estrenó por simple curiosidad. Vio un cartel en el Skating barcelonés en que se anunciaba un curso de iniciación.

Ha jugado en las cuatro posiciones, siempre dependiendo del tipo de campeonato o los miembros del equipo, pero más allá de ser second, vice skip o skip, el puesto que más ha ocupado es el de lead, el que lanza las dos primeras piedras.

Marc Saez, que juega de second, el que lanza la tercera y cuarta piedra, empezó en el Barcelona en octubre de 2013. Su inquietud surgió de ver el curling por Eurosport. Entonces vivía en la ciudad condal trabajando de recepcionista en un hotel y fue a probar en el club. Hizo el curso de iniciación y en el bonspiel –torneo– de Puigcerdà fue su primera experiencia.

Entre los éxitos que han logrado juntos, Carles y Marc coincidieron en Barcelona que logró el tercer puesto en el Campionat de Catalunya.

Uno de los problemas por los que el curling –juego estratégico al que Marc compara con el ajedrez– es un deporte poco practicado en nuestra sociedad es el bajo número de pistas especializadas. Para que el deslizamiento de la pierda sobre el hielo sea el adecuado, la superficie debe estar completamente lisa, sin los rasguños ni marcas de patines que suele haber en la mayoría de pistas de Catalunya. En España, la única preparada para el curling se encuentra en Jaca (Huesca).

En Barcelona, una vez al mes se realizan cursos de iniciación y en los últimos diez años ha habido un crecimiento regular, más bien a cuentagotas y constante del curling, pero ningún boom, como por ejemplo en el pádel.

Según la Federación Española de Curling, en España hay 14 equipos y la mayoría se concentran en zonas de montaña o con pista de hielo. La comunidad que más equipos tiene es Catalunya –Puigcerdá, Barcelona, Berga, CEVA y Sporting l’Olla–, aunque ninguno en la provincia de Tarragona.

Carles, que en los últimos meses no ha podido dedicarse al deporte tanto como hubiera querido, reconoce que su intención es de continuar jugando. Siente el mono de «tocar el hielo» y descubre que en curling cuanta más piedras se lancen, antes se puede mejorar.

Marc ahora mismo se encuentra en Varsovia (Polonia), donde ejerce de profesor de castellano y catalán. Tiene contacto con un jugador de la selección local Filip Twardowski y suele ir a jugar, incluso instruye a algunos amigos, en el barrio de Praga de la ciudad polaca, donde se alquilan un par de pistas sólo destinadas al curling. Cuando está de vuelta y siempre que puede viste los colores del Barcelona para mantener el vínculo con sus colegas. El buen rollo y la cervecita de después son otros de sus alicientes.

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