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«Me encanta que hayan pensado en mí para darle nombre, porque además la nueva piscina de Campclar es fantástica. Es un reconocimiento a mi trayectoria, pero también a la labor del Club Natació Tàrraco, donde yo me formé. Llevan muchísimos años trabajando en unas condiciones económicas muy duras y con enorme competencia, así que espero que también ellos puedan aprovecharse de esta nueva instalación». Sylvia Fontana se remonta a sus orígenes para valorar, con estas palabras, la decisión del Ajuntament de Tarragona de poner su nombre a la piscina de 50 metros que se construyó con motivo de los recientes Juegos Mediterráneos.
De Fontana deslumbra su trayectoria internacional que incluye una presencia en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976, en el Mundial de Cali de 1975 y en los campeonatos de Europa de Viena de 1974 y Jönköping de 1977; sus dos medallas en los Juegos Mediterráneos (el bronce a los 100 metros espalda en Argel 1975 y también el bronce en el 4x100 estilos en Split 1979); y sus 22 títulos de campeona de España absoluta en piscina larga y corta en las pruebas de 200 metros mariposa y en los 100 y 200 metros espalda.
Sólo los acérrimos seguidores el deporte saben, sin embargo, que Fontana fue un talento precoz. Da fe de ello cinco de sus éxitos prematuros: con 8 años nadó los 400 libres en 5:58.6 minutos, marca que le valió el sobrenombre de niña prodigio de la natación española; con 10, accedió a la final del Campeonato de España absoluto en esa misma distancia; con 11 fue medalla de bronce en el nacional en los 200 mariposa; con 12 y 8 meses se proclamó doble campeona de España absoluta en los 200 mariposa y los 200 espalda; y con 14 se clasificó para los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976, en los 200 metros espalda, entrenada por Joaquín Alvarez.
«Me encanta que hayan pensado en mí. Es además un reconocimiento para el Club Natació Tàrraco»Fue el propio alcalde Josep Fèlix Ballesteros quien le trasladó esa idea: «Me comentó que habían pensado en mí al final del acto del sorteo de las competiciones por equipos, al que acudió como invitada. Me quedé muy sorprendida, pero a la vez ilusionada y guardé el secreto. Luego supe que el alcalde lo había anunciado durante la inauguración, a la que no pude asistir porque estaba trabajando en Sevilla», explica la propia Sylvia, que fue emblema de los Juegos Mediterráneos de Tarragona durante el último año y medio previo a la competición y también fue portadora de la bandera de los Juegos en la inauguración.
Esa designación y la elección de su nombre para la nueva piscina saldan la deuda que la ciudad tenía desde 1992 con Fontana. A pesar de su brillante pasado deportivo la nadadora fue totalmente olvidada durante el recorrido de la antorcha, a su paso por Tarragona, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona.
«Me llevé un disgusto enorme y llegué a escribir una carta abierta que se publicó en los medios», recuerda aún hoy la tarraconense, quien a sus 56 años sigue totalmente vinculada a la natación: trabaja para Speedo y compiten en los estatales master. En el más reciente, celebrado en el Reus Ploms, fue campeona de España de los 100 espalda y logró la plata en los 50 y los 200 espalda.
