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El Nàstic de Tarragona salva un punto que sabe a poco en el Tajonar

El Nàstic salva un punto del Tajonar en un duelo en el que fue perdiendo tras un penalti inexistente. Jardí, también de pena máxima, igualó en la 2ª mitad

09 febrero 2025 10:34 | Actualizado a 09 febrero 2025 13:54
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El Nàstic salvó un punto de su visita a Tajonar en un partido en el que un penalti inexistente de David Juncà puso a los granas en un serio aprieto. Jardí, también desde los once metros, logró igualar el encuentro. Los tarraconenses pudieron completar la remontada, pero no remataron la faena.

Dani Vidal sorprendió a todos en Tajonar con un once inicial en el que se colaron tres futbolistas que no estaban en las quinielas. David Juncà, en el lateral izquierdo, y Álex Jiménez, en el frente del ataque, eran dos de las novedades, pero los focos apuntaban directamente a Roberto Torres, quien volvía a casa y se estrenaba como nuevo jugador del Nàstic desde el inicio. Es lo que tiene el talento: se abre puertas sin titubeos. La otra gran ‘bomba’ fue la ausencia de Pablo Fernández, a quien le iba a tocar interpretar el rol de revulsivo.

Tajonar y Osasuna Promesas han sido, en los últimos años, un escollo para un Nàstic que ya tiene asumido que visitar a los de Santi Castillejo es un auténtico dolor de muelas. «Es el filial menos filial», aseguraba Dani Vidal en la rueda de prensa previa al partido. Sabía bien de lo que hablaba el técnico grana, porque el conjunto tarraconense es un matafiliales al que el filial rojillo siempre le ha presentado batalla y resistencia. No obstante, en la primera vuelta la victoria había caído del lado del Nàstic, y el objetivo era repetir dicho triunfo, eso sí, en un escenario totalmente diferente.

Penalti inexistente a favor de Osasuna

Bajo una fuerte lluvia arrancó el duelo en Tajonar, y el Nàstic se instaló en campo rival, ofreciendo un inicio esperanzador de partido. Los granas comparecieron valientes, con las ideas claras y sometiendo al filial rojillo desde el primer minuto. Cuando la cosa pintaba bien, llegó la polémica. Narro perdió una pelota en el centro del campo con el Nàstic totalmente volcado en ataque tras un córner a favor. Aquella pérdida la tradujo Osasuna Promesas en una rápida contra en la que Sixtus se desató y se plantó solo ante Varo. David Juncà llegó a tiempo para molestarle, pero el delantero africano se desmayó cuando sintió el leve contacto del lateral. El árbitro cayó en la trampa y, como en esta categoría —que presume de ser profesional pero está lejos de serlo— no hay VAR (aunque, viendo cómo se utiliza en el fútbol español, quizá mejor que no lo haya), señaló penalti.

Jon García asumió la responsabilidad y batió a Alberto Varo, quien adivinó el lado pero no logró desviar el balón. El 1-0 en el marcador fue injusto, porque, si alguien merecía ir ganando, era el Nàstic. Sin embargo, el fútbol está lleno de factores incontrolables, como los errores arbitrales, que a veces cambian el rumbo de los partidos sin previo aviso. Son injustos y desquician cuando perjudican, pero no se habla de ellos cuando favorecen. El problema surge cuando a un equipo como el grana le han pitado un solo penalti a favor en dos años y ve cómo señalarle uno en contra ya no cuesta tanto. Ahí el debate entra en otra esfera.

Un golpe psicológico

Aquel gol le sentó muy mal a un Nàstic que se desdibujó, acusando el golpe psicológico. Todavía le daba vueltas a lo acontecido y la imprecisión entró en juego. Los granas no combinaban ni se instalaban en campo contrario con tanta facilidad, mientras que Osasuna Promesas crecía gracias a la medicina del gol, esa que inyecta confianza a raudales.

El conjunto grana comenzaba a vislumbrar que, para remontar ese partido, iba a tener que descifrar ese laberinto en forma de bloque medio y bloque bajo que el filial rojillo dibujaba cada vez con más firmeza. Si algo le cuesta al Nàstic es atacar sin espacios. Ha sido su gran asignatura pendiente durante toda la temporada, y Santi Castillejo tenía claro lo que tocaba.

Narro se topaba con el larguero

Cuando el final de la primera parte estaba sobre la mesa, el Nàstic tuvo el empate. Los granas comprobaron lo que sucede cuando el balón llega a las botas de Roberto Torres. El navarro metió un centro medido desde la derecha que encontró a Víctor Narro en el segundo palo. El balear remató solo con un sutil toque, pero su disparo topó con el larguero. Una auténtica pena, pues ese tanto hubiese supuesto un cambio total en el rumbo del partido. Si se querían cambiar las cosas, iba a tocar esperar a la segunda mitad. Pablo Fernández, entre otros, se relamía.

Apenas un cuarto de hora tardó Dani Vidal en echar mano del ‘Faro de Candás’. El guion del partido reclamaba su presencia. Al Nàstic le faltaba una referencia ofensiva y una amenaza para los centros laterales que se estaban acumulando en el área. Tener al mejor rematador de cabeza de la categoría en el banquillo era una temeridad a la que el técnico grana decidió poner fin con media hora por delante.

Poco tardó Pablo Fernández en dejar su sello en el partido. El asturiano conectó de tres dedos con Jardí, que volaba sobre la banda derecha. El reusense controló y no se lo pensó para soltar un disparo con rosca que invitaba al delirio, pero Stamakis sacó los dedos para desviar lo justo la pelota a córner. El Nàstic había tenido el empate y el partido comenzaba a romperse cada vez más. El tiempo jugaba en contra de unos granas que seguían saboreando la impotencia de ir por detrás en el marcador por un error arbitral de bulto.

Cuando la impaciencia empezaba a reinar, el Nàstic se encontró con un milagro: un penalti a favor, el segundo en dos años, tras una mano clamorosa dentro del área después de un centro de Jaume Jardí. El propio reusense decidió lanzarlo. Lo tiró al medio y Stamakis llegó a tocar la pelota, pero no lo suficiente como para desviarla fuera.

Atrevimiento grana sin premio final

El Nàstic quería la remontada y fue a por ella con descaro. Su valentía y ambición no tuvieron premio, aunque estuvo cerca. David Juncà no llegó de milagro a un pase de la muerte de Pablo Fernández, y Ander Gorostidi remató por encima del larguero una volea en el interior del área en la última jugada del partido. Finalmente, el empate imperó en Tajonar. Un punto que sabe a poco.

FICHA TÉCNICA

Osasuna Promesas. Stamatakis, Moreno, Mauro (Santos, 81’), Osambela, Xabi (Lumbreras, 66’), Sixtus (Noel, 81’), Espejo, Arroyo (Pedroarena, 66’), García (Mutilva, 88’), Arguibide y Sierra.

Nàstic. Varo, Migue, Leal, Gorka (Granero, 70’), Juncà (Oriol, 84’), Gorostidi, Torres, Narro (Concha, 70’), Jardí, Álex Jiménez (Pablo Fernández, 60’) y Antoñín (Marc, 84’).

Goles. 1-0, Jon García (11’). 1-1, Jaume Jardí (73’).

Árbitro. Guzmán amonestó a Juncà (11’), Arroyo (24’), Huarte (59’), Moreno (78’), García (79’), Migue (89’) y Mutilva (90’).

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