Dos batallas que solo acaban de empezar

Hoy no hay margen para el lamento. Ni para las excusas. Reus Deportiu y Calafell afrontan el segundo partido de sus respectivas semifinales de OK Liga con la obligación de igualar la eliminatoria si no quieren ver cómo la final se aleja. Ambos equipos cayeron en el primer asalto, pero lo hicieron compitiendo a un nivel altísimo. Mostraron credenciales de candidatos y dejaron muy claro que no serán comparsas ante Liceo y Barça. Ahora necesitan refrendar ese mensaje con una victoria.

El Reus Deportiu mereció ganar en Riazor. Y no solo por juego. También por personalidad, valentía y momentos de inspiración. Los de Jordi Garcia se colocaron 0-2 con dos golazos de Martí Casas, que firmó un primer tiempo memorable. Incluso con el Liceo recortando distancias, Jansà volvió a adelantar al Reus con un tanto de fe, y en el último minuto Marc Julià marcó el 3-4 que parecía definitivo. Pero el Liceo empató a falta de 25 segundos. Un castigo cruel. En la prórroga hubo contención y en los penaltis solo marcó uno: César Carballeira. Fue suficiente. Porque Martí Serra lo paró absolutamente todo. El Reus se fue herido, pero no roto. Tiene razones para creer. Por juego y por convicción. Este domingo, a las 12.30 horas, volverá a competir en A Coruña. Ganar no es una opción. Es una necesidad.

En el Palau Blaugrana no todos los equipos pueden decir que se han adelantado dos veces en el marcador. El Calafell lo hizo. Y con personalidad. Con una presión alta, una defensa muy concentrada y un Sergi Folguera letal. Sus dos goles dieron ventaja a los de Guillem Cabestany, primero con el 0-1 y luego con el 1-2. El Barça empató con goles de Marc Grau y Sergi Aragonès, este ya en la segunda parte. El partido se decidió a siete minutos del final, con una falta directa transformada por Ignacio Alabart tras la décima del Calafell.

El 3-2 dejó un sabor amargo, pero también orgullo. El Calafell se comportó como lo que es: un semifinalista legítimo. Hoy domingo, a las 12.00 horas, volverá a jugar en el Palau. Si repite el nivel del primer partido, tendrá opciones reales de empatar la serie. El reto es mayúsculo, pero no imposible. Ya lo ha demostrado.

Tanto Barça como Liceo parten con ventaja. Pero esa ventaja no les permite relajarse. Si el Calafell o el Reus empatan la eliminatoria hoy domingo, la serie se romperá y la presión cambiará de bando. Quedarán, como mínimo, dos partidos más —el tercero y el cuarto— y todo volverá a empezar.

Las semifinales son al mejor de cinco. La final, el premio. Y tanto el Reus Deportiu como el Calafell han dejado claro que no van a rendirse.