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    El cambio de superficie, un detonante de lesiones

    La alternancia de jugar en césped natural y artificial incrementa el desgaste para adaptarse a los terrenos y hace que se produzcan más problemas físicos

    15 agosto 2022 20:41 | Actualizado a 16 agosto 2022 07:00
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    Se acerca el inicio de curso y en el Nàstic se mira con preocupación la plaga de lesiones que ha afectado al equipo en estas últimas semanas. En estos momentos tiene, al menos, seis jugadores con problemas físicos: Álex López, Gorostidi, Elías, Aarón Rey, Nil, Joan Oriol y Lupu. Estos dos últimos, además, no podrán iniciar el curso con normalidad. El lateral de Cambrils estará al menos un mes por una rotura en los gemelos, mientras que el atacante se irá a los dos meses por su doble fractura de mandíbula que le obligará a pasar por quirófano. La intervención está programada para hoy mismo.

    Con tantas bajas, la pregunta que se hacen es: ¿por qué se han producido? Aunque es difícil de establecer una relación directa, sí entienden desde el club, como señaló el propio entrenador Raül Agné, que uno de los motivos es, sin duda, la alternancia de jugar en dos superficies tan diferentes como el césped natural y el artificial.

    La planificación de la pretemporada incluía una serie de partidos amistoso, pero todos ellos en terreno natural. Sin embargo, por acuerdos de club y por la disputa de la Copa Catalunya, el equipo ha tenido que desplazarse a campos de césped artificial. Comenzó en el Nou Estadi ante Zaragoza y Huesca para luego jugar en Vilafranca y Móra la Nova, de artificial. Después nuevamente a la hierba natural del Municipal de Olot para acabar la semana en Els Canyars de Castelldefels.

    El problema no es tanto la superficie en sí, sino más el estado de la misma. La mayoría de clubes modestos solo disponen de un campo para todos sus equipos. El senior y también los de las categorías inferiores. Un uso que acaba estropeando el terreno. El coste de cambiarlo es grande y pocas entidades pueden hacer frente al cuidado o a la sustitución del mismo. Por eso, cuando un equipo profesional como el Nàstic juega en Vilafranca o en Castelldefels corre el riesgo de sufrir una lesión de consideración. Los tobillos y las rodillas son las partes más susceptibles, aunque no las únicas.

    Por suerte, parece que el Nàstic no volverá a jugar en césped artificial esta pretemporada. El miércoles jugará en la Ciutat Esportiva Dani Jarque ante el Espanyol B, mientras que el domingo visitará al Olot en la tercera eliminatoria de Copa Catalunya.

    Tampoco tendrá que adaptarse esta temporada al artificial, como venía haciendo desde que regresó a Segunda B, porque desde este curso, la Primera RFEF exige un campo natural. Un respiro para los jugadores.

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