El Nàstic se lleva los tres puntos de un derbi gris resuelto con un autogol (Sabadell 0-1 Nàstic)

El Nàstic sumó tres puntos en la Nova Creu Alta que le alejan casi de manera decisiva de la zona de descenso. Una victoria fea, pero que vale lo mismo. No se trata de gustar más o menos, sino de salir de la parte baja. Olvidarse de guerras de barro y poder encarar el tramo final con tranquilidad.

El conjunto grana hizo el partido de siempre. Seguro en defensa y a cabalgar en las transiciones. Esta vez, ni siquiera tuvo que acertar en la definición. Ante la falta de puntería de los delanteros visitantes el gol lo aportó el defensa arlequinado Juanmi Carrión. Quiso despejar un centro de Guillermo Fernandez pero acabó introduciendo el balón en su propia portería.

Sabadell y Nàstic se medían en un derbi catalán en horas bajas. Dos equipos históricos, con pasado reciente en el fútbol profesional que deberían estar discutiendo su retorno a Segunda División y no subsistiendo en el tercer escalón del fútbol español. Una realidad fría que tuvo su reflejo en el partido. Primero en unas grada gris. Lejos de los ambientes vividos en estos derbis no hace tanto. La apatía de la situación clasificatoria se traslada a unas aficiones desencantadas.

Sobre el verde más o menos igual. Que se resolviera con un autogol lo dice todo. Ninguno de los dos equipos concursaba por la iniciativa. Los dos planteaban sus ofensivas en la transición. Porque era cuando el rival más desordenado estaba. En estático, entre la acumulación de hombres y la torpeza para armar ataques, las ocasiones escaseaban.

Los primeros minutos el Nàstic tuvo voluntad. Cerró al Sabadell en su campo. Con muy poco conseguía provocar errores locales. Tampoco es que supiera sacar alguna ocasión importante en ese tiempo. Lo más notable fue un remate de Marc Fernández, entre agarrones, fácil para el arquero.

Dani Vidal, técnico Nàstic, introdujo dos cambios. El obligado de Nil por el sancionado Joan Oriol y el de Guillermo Fernández por Robert Simón. Quería pólvora el entrenador tarraconense para atacar la defensa de cinco arlequinada.

El Sabadell empezó a amenazar con las transiciones. Un peligro que atemorizó al Nàstic. Con razón. Fueron claras las que tuvieron. Una falta que obligó a Manu García a una de las suyas y un remate de Pau Víctor, solo en el segundo palo, que se marchó por alto.

No daba señales de vida ofensivas el Nàstic, pero tampoco lo necesitó. En una jugada afortunada llegó el 0-1. El centro raso de Guillermo Fernández lo desvió el defensa Juanmi Carrión a la red. Poco más pasó en el primer tiempo. Ninguno de los dos equipos daba el paso hacia delante. Los granas porque ya tenían el botín y los arlequinados porque ni podía ni sabía.

El segundo tiempo era perfecto para el cuadro grana. Con el marcador a favor no necesitaba más que mantener el orden defensivo y buscar los espacios en las transiciones. Lo que más disfruta y en lo que más cómodo se siente el conjunto de Dani Vidal. Un panorama idílico al que le faltó solo el capítulo final. El más importante. El del desenlace.

Marc Fernández y Guillermo Fernández, los dos jugadores teóricamente más decisivos, fallaron. El de Corbera de Llobregat se plantó en el área, recortó y golpeó en busca del palo largo del portero. Ortolá lo adivinó y puso el guante.

Más clara la tuvo Guillermo Fernández. Marc Álvarez hizo lo más difícil. Se zafó de su marcador y sirvió un centro en bandeja de plata. El delantero bilbaíno quiso controlar en lugar de rematar de primeras y la pelota se le fue. Intentó rectificar, pero ya había perdido la posición privilegiada.

Pese a no sentenciar, el Nàstic no daba muestras de debilidad defensiva. Impuso su solvencia para llevarse tres puntos que lo alejan del descenso de manera casi decisiva.