El Nàstic de Tarragona cerró la tercera jornada de liga en segunda posición. Después del triunfo frente al Barça Atlètic (1-0), el conjunto de Dani Vidal suma siete puntos de nueve posibles. Los mismos que la Ponferradina. Los leoneses, recién descendidos de Segunda División, perdieron el sábado sus primeros puntos ante el Sabadell en el Toralín (1-1). El club del Bierzo es primero porque ha marcado un gol más que los granas, puesto que la diferencia de goles entre ambos es igual, +2.
Una diferencia que se hubiera ampliado a +3 de no ser por el error arbitral del domingo. El colegiado Ortega Herrera, incitado por su asistente, invalidó un gol de Jaume Jardí por un fuera de juego inexistente.
Ese tanto hubiera situado al equipo grana en lo más alto de la tabla por primera vez tras más de dos años. Pero la posición en la tabla no cambia que el conjunto de Dani Vidal está arriba por méritos propios. Nadie le ha regalado nada a los futbolistas del Nàstic de Tarragona. Todo lo que han conseguido hasta la fecha es producto de un esfuerzo prolongado. Un derroche de energía que ha sometido a los tres rivales que ha tenido hasta ahora. El Arenteiro se marchó del Nou Estadi derrotado, pero satisfecho porque el marcador solo reflejaba un 1-0. Pudieron haber sido unos cuantos más, por las ocasiones que dispusieron los jugadores del Nàstic.
Igual de contentos que quedaron en el Cerro del Espino los futbolistas del Rayo Majadahonda, después de sufrir en la segunda mitad un asedio constante. Salvaron el empate por fortuna. Los dos palos se aliaron con ellos para impedir el gol de Mario Rodríguez en los últimos minutos del partido.
El Barça Atlètic también vivió una pesadilla en los instantes finales. Con 0-0 los de Dani Vidal los tenían encerrados en su área. La superioridad numérica por la expulsión de Fermín López, hizo que el Nàstic convirtiera el segundo acto en un ‘taquigol’. El filial azulgrana apenas consiguió cruzar la línea del medio del campo en un par de ocasiones en toda la segunda parte. El resto de sus intentos estuvieron plenamente controlados. Por una primera línea esforzada en la presión, una segunda, la medular, bien posicionada para recuperar en zona de creación rival, y una defensa que en última instancia no se vio incomodada con la defensa adelantada. Todo lo contrario.
El Barça Atlètic tuvo sus momentos. Tras un inicio atrevido del Nàstic, con alguna ocasión suelta, un disparo lejano de Borja Martínez, que puso a prueba al meta azulgrana Marc Vidal, el conjunto dirigido por el exfutbolista Rafa Márquez tomó el protagonismo del duelo. Fermín López, futbolista en dinámica del primer equipo culer, empezó a entrar en juego y ofreció una vía de escape a la presión local. Los jóvenes del Barça conseguían cruzar la medular, pero se encontraban con un Nàstic muy aplicado en defensa que no concedió ni una aproximación a la portería defendida por Alberto Varo.
Tras pasar por vestuarios, el cuadro grana entró al verde con la mentalidad de volver a ser protagonista. Replicar al talento de La Masía y recuperar el protagonismo ante un Nou Estadi Costa Daurada que cada partido que pasa está más rendido con el equipo. Este Nàstic le chifla al público. Ve entrega, criterio y talento. No pueden pedir más. Además, cuando aplicas todo ello, la lógica se acaba imponiendo. Los granas obtuvieron el merecido gol cuando el tiempo reglamentario languidecía. Gorostidi enganchó un balón en la frontal y la puso en la red. Demasiado potente para que Marc Vidal pudiera hacer nada.
El tanto fue fruto de la insistencia. Del ir. No desfallecer. De la frescura que aportaron los suplentes. De un plantel que está convencido de lo que hace. Un equipo que confía en el guion y que se vacía para hilvanar la historia de una temporada que ha comenzado de una manera brillante.